Jesús, luz del mundo

Jesús
“En él estaba la vida y la vida era la luz del mundo. Esta luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla” (Jn 1, 4-5). Estas son palabras que encierra el prólogo del evangelio de San Juan.

El tiempo de Adviento nos invita a preparar la venida del Niño Dios como luz de las naciones, de todas las naciones. Luz que ilumina nuestros momentos oscuros. Cuando estamos en la penumbra, una pequeña lucecita por diminuta que sea nos alienta para continuar nuestra andadura hacia Navidad, en la que celebraremos su venida entre los hombres en medio de un ambiente pobre materialmente pero, en el que el amor era la gran riqueza. Ante todo el amor del Padre que nos ha entregado su Hijo único, el amor de sus padres y de los pastores que acuden emocionados para adorar al salvador que es el Mesías, el Señor, que los ángeles les han anunciado.

Un salvador no sólo para los presentes en el portal de Belén sino para todos los hombres. Misterio de amor, el Dios encarnado. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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