Ojo por ojo

Pero de ese hombre “antiguo” muchos conservamos “algo” dentro cuando la reacción ante el mal que se nos puede ocasionar es precisamente la del “ojo por ojo”, pero Jesús viene a presentarnos una ley nueva que nos lleva a intentar vivir justo al revés.
Nos cuesta convertirnos y muchas veces, cuando alguien nos ofende, cuando creemos que están abusando de nosotros, no nos resulta difícil desear hacerles lo mismo, pagarles con la misma moneda, y olvidamos que por encima de todo, los cristianos estamos llamados a pagarlo todo con la única moneda del amor fraterno.
Si frente a ley del talión que llama a devolver el mal recibido con la misma carga negativa, supiéramos devolver también todo cuanto de bueno recibimos de los demás, con la misma moneda, nuestro entorno por lo menos respiraría una atmosfera de paz, una atmósfera de amor cristiano y en algo cambiaria la sociedad que está siempre falta del verdadero amor fraterno. Texto: Hna. Carmen Solé.