La oración por los gobernantes era frecuente en Israel. El salmo 60 es uno de ellos: “Añade días a los días del rey, que sus años alcancen varias generaciones que reine siempre en presencia de Dios, que tu gracia y tu lealtad le hagan guardia” (v 7-8). Pues cuando se trate de un buen gobernante, esto de que sus años alcancen varias generaciones es un deseo normal, pero si se tiene por gobernante a un tirano lo que más nos viene en mente es que el Señor nos libre de él cuanto antes. Pero tendríamos que pedir a Dios que el Espíritu Santo lo ilumine y así cambie su actitud.

En la Iglesia se ora por los que rigen el destino de los pueblos, es una oración bien importante pues cuando somos gobernados por personas que en su programa lo importante es buscar el bien del pueblo esto redunda en bien de todos. Es algo que vemos con frecuencia en las noticias, como también, por desgracia, cuando es a la inversa. Cuantos sufrimientos depara un mal gobierno. Ahí cabria la súplica con que el salmista inicia su poema: “Dios mío escucha mi clamor, atiende a mi súplica. Te invoco desde el confín de la tierra con el corazón abatido” (v 2). Es triste ver como los gobiernos corruptos se enriquecen sin medida mientras una inmensa mayoría sufre el despropósito de estos que no merecerían estar al frente de una nación.

Pero en este salmo se dicen cosas mucho más importantes: “Tú, (Señor) eres mi refugio y mi bastión contra el enemigo” (v 4). Si el Señor es nuestro bastión no hay que temer él escuchará nuestras súplicas y nos defenderá de los que nos odian.Texto: Hna. María Nuria Gaza.