Orar por los perseguidos y los perseguidores

Paz
Las noticias de terrorismo están a la orden del día. Parece que la violencia sea el camino más corto para llegar a donde quieren llegar, y con la masacre dar salida al odio que se encierra en el corazón de los violentos, como un fuego abrasador que no les deja vivir tranquilos hasta cometer sus atroces fechorías.

Es casi diariamente que tenemos noticias de gentes perseguidas por sus creencias religiosas, por sus ideas políticas o incluso por sus tendencias. La voz del Papa Francisco se levanta contra el odio, la violencia pero los actores de estos crímenes no escuchan esta voz, ni la de su conciencia quizás adormecida o ahogada por completo. No les importan los muertos, ni las lágrimas de los seres queridos que lloran su desaparición. No, no hay rasgo de compasión para sus víctimas.

¿Qué hacer ante este panorama? A los gobiernos les concierne encontrar la buena solución. Al ciudadano de a pié nos corresponde, no el lamentarnos por esta situación, porque el lamento no conduce a ninguna parte, sino orar para que Señor Padre misericordioso tenga piedad de todas las víctimas y de sus familiares y mueva el corazón y la mente de los verdugos para que recapacitando enmienden su conducta y se otorgue la paz a nuestra sociedad. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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