Tiempo

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Estamos metidos como en una película que nos cuesta creer pero la realidad es la que es y ante ella todos podemos aportar nuestro bien hacer y nos toca saber responder, por ti, por mí, por todos, por tantos...

Hemos pasado como de la noche a la mañana y con una velocidad increíble de un no parar, tantas veces nos decíamos que nos faltaba tiempo y ahora todos en casa. Es ahora que nuestro “mundo” de relaciones, actividades fuera de casa, etc.… se ha paralizado y nos encontramos en nuestra casa, con los nuestros, en la incertidumbre de la situación actual por el ya desgraciadamente conocido coronavirus y del tiempo que tendremos que pasar en nuestros hogares y ojalá que aunque no nos guste, nos cueste, hagamos caso por el bien de todos. Quizás no tenemos ningún conocido afectado pero sí que son muchos los que lo están sufriendo y ahora es cuestión de cuidarnos entre todos, a los que más queremos y tenemos cerca o lejos y por los desconocidos, la vida es el mayor tesoro que tenemos y es tiempo también de saber apreciarlo.

Estamos metidos como en una película que nos cuesta creer pero la realidad es la que es y ante ella todos podemos aportar nuestro bien hacer y nos toca saber responder, por ti, por mí, por todos, por tantos... Ahora que tenemos tiempo, ¿qué hacer? Quizás tomar el tiempo para respirar de otra manera, para serenar nuestra alma, quizás para encontrarnos con nosotros mismos, con los que compartimos la vida de otra manera, quizás no hace falta también llenar el día de mil cosas, claro está que los que tienen los hijos en casa es otra cuestión, pero tal vez se presenta una oportunidad para amar sin prisas.

Tal vez se presenta una oportunidad para amar sin prisas.

Oración del Papa Francisco para rezar por los afectados por el coronavirus

Oh María, tu resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza Confiamos en ti, Salud de los enfermos, que junto a la cruz te asociaste al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe Tú, salvación del pueblo romano  sabes lo que necesitamos  y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y hacer lo que nos diga Jesús que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y se ha cargado con nuestros dolores para llevarnos, a través de la cruz a la alegría de la resurrección. Amén. Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita! ¡Amén!

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