El ayuno que agrada a Dios

En una palabra lo que reclama el profeta en nombre de Dios es la misericordia. Asimismo el profeta Oseas dice a los israelitas: “Lo que quiero es misericordia, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos” (Os 6,6). Jesús recoge estas citas de los profetas en casa de Mateo cuando los fariseos critican al Maestro de comer con publicanos y pecadores: “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores” (Ma 9,13). Con esta expresión Jesús nos enseña la auténtica práctica del ayuno, sin despreciar por ello el ayuno en sí. Es que la misericordia es lo que más nos asemeja al corazón del Padre: “Sed misericordiosos como el Padre” (Lu 6,36).Texto: Hna. Maria Núria Gaza.