No nos dejes caer en la tentación

Tentación
"No nos dejes caer en la tentación", en esta petición del Padre nuestro, Jesús sabía muy bien lo que encerraba. Él la sufrió en el desierto cuando después del bautismo fue guiado por el Espíritu y puesto a prueba por el diablo (Cfr. Ma 4,1). Cuando éste no encontró más formas de tentarlo, lo dejó esperando otra ocasión (Cfr. Lu 4,13). Así que el tentador no se da por vencido esperará el momento oportuno.

Por consiguiente si el diablo no se ve vencido ante Jesús, el Hijo de Dios, ¿qué será de nosotros? Pero felizmente tenemos en Jesús el defensor ante el enemigo que nos quiere arrastrar hacia el mal. Dios no permitirá que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas escribe San Pablo a los Corintios. Y si por debilidad sucumbimos ante la tentación, Dios es más grande que nuestro pecado y está siempre dispuesto a perdonarnos, porque como canta el salmo 135 de forma repetitiva “es eterna su misericordia”.

Lo que Dios no puede admitir es que nos reconozcamos sin pecado. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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