La devoción popular a la Madre de Dios

AsuncionVirgenMaria-15Agosto
En todos los pueblos los fieles católicos profesan una gran devoción a María, la Madre de Dios.

Me admiraron profundamente las peregrinaciones de pueblos mexicanos que juntos caminaban más de una jornada para tributar su devoción a Nuestra Señora de Guadalupe.

En varios países de América del Sur, donde las carreteras exigen una gran pericia por parte de los conductores, en lo alto del camino se levanta un altarcito con la imagen de María y los choferes, cuando éstos han salvado todos los escollos del recorrido, paran el coche y bajan a poner una lamparilla a la Virgen en acción de gracias. No sé si todos los pasajeros eran creyentes pero en todo caso todos respetaban el gesto del conductor.

En el santuario de la Virgen de Montserrat, me admiré cuando una pareja con un niño de apenas un año, puso delante de la imagen de la Moreneta unos zapatitos a su hijo. Era una plegaria de gestos más que de palabras: Que María guie los pasos de nuestro hijo por buenos caminos.

Los pescadores acuden a Nuestra Señora del Carmen y sus familias hacen lo mismo especialmente cuando se levanta un temporal para que María cuide a los suyos de naufragio, para que la Virgen sea un faro de bonanza ante el peligro y conduzca a todos a buen puerto.

“El corazón materno de María que vibra por nosotros, que palpita con nuestras alegrías y sufrimientos. Ahí la tenemos ante nosotros en el cielo y pendiente de la tierra, para que recurramos a ella con la confianza propia de los hijo” (Pablo Cervera Barranco).
Volver arriba