La discreción

Anne Lecu
Sor Anne Lécu, Dominica de la Presentación, de la provincia de Francia, en su libro “Tu as couvert ma honte”, Les Éditions du Cerf, 2016, comenta que uno de los acentos de las obras de misericordia es la discreción.

“La discreción en la vida cristiana es una dimensión esencial de la misericordia… Para el hombre de la Biblia, el pecado es la acusación, es la revelación de la desnudez del hombre. En el Evangelio, Jesús no hace jamás preguntas a los que vienen a su encuentro. Los acoge tal como son, allí donde están. Si el pecado de Adán reside en el deseo de meter la nariz en el conocimiento del bien y del mal, en el mismo momento en que Dios mismo cierra los ojos sobre la falta; la discreción es una de las virtudes más esenciales para el que quiere vivir el evangelio. La discreción nos enseña en primer lugar a cerrar los ojos sobre todo aquello que no tenemos porque conocer. No debemos juzgar la fe de los demás, ni su esperanza ni su amor”.

¡Qué gran verdad! Y cuantos problemas nos evitaríamos. Saber callar, saber respetar los silencios del otro. Ser discretos ante los silencios de nuestro interlocutor. Quien tiene el valor de la discreción es capaz de guardar los secretos ajenos, al contrario del indiscreto que se atreve a proclamar lo que se tendría que guardar en absoluto silencio. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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