Una flor en el estercolero
La mayor tuvo la suerte de que una religiosa al ver el descuido de los padres intentó ayudarla en lo que pudo. Le daba el cariño que no conocía de sus progenitores, le buscó trabajo y el dinero que ganaba se lo ponía en una libreta de ahorros. Pero he ahí que cuando la madre supo que su hija trabajaba la fue a encontrar para que la diera dinero. La religiosa le dijo que ni pensarlo. ¿Ahora se acordaban de que tenía una hija?
La muchacha con sus altos y bajos fue creciendo y con mucho esfuerzo se fue situando, siempre con escasez, pero iba adelante. Ahora al cabo de muchos años, la madre anciana y mal cuidada reclamaba a su hija y esta después de una larga lucha interior fue a visitarla. Al verla en un tal estado de abandono le dio lástima y se la llevó a su casa en un momento en que ella tenía que ser operada de cáncer. La situación económica de esta mujer no es desahogada pero como aprendió a saber organizar su economía, con estrechez, va saliendo adelante.
Doy gracias a Dios por la bondad de esta mujer. Verdaderamente es una flor nacida en un estercolero. Texto: Hna. María Nuria Gaza.