El grano de mostaza, la levadura

Semilla
Jesús buen conocedor de su época y de los hombres de su tierra, les habla en parábolas que podían comprender perfectamente porque Palestina era un pueblo de pastores, campesinos, pescadores y también por ser tierra de paso, de mercaderes. Por ello la semilla de mostaza es citada por Jesús. Esta semilla de hortaliza crece en los alrededores del lago de Tiberiades, crece bien en regiones templadas y húmedas. Por consiguiente bien conocida entre los oyentes de Jesús.

El Papa Francisco en una homilía de Santa Marta decía:“La parábola utiliza la imagen del grano de mostaza. Si bien es el más pequeño de todas las semillas está lleno de vida y crece hasta volverse más grande que todas las plantas del huerto. Así es el reino de Dios: una realidad humanamente pequeña y aparentemente irrelevante. Para entrar a ser parte es necesario ser pobres en el corazón; no confiarse en las propias capacidades sino en la potencia del amor de Dios; no actuar para ser importantes a los ojos del mundo, sino preciosos a los ojos de Dios que tiene predilección por los simples y los humildes”.

Si dejamos crecer este pequeño grano de mostaza que es la palabra de Dios, con su gran vitalidad cambiará poco a poco nuestra vida y podremos ser ayuda para los demás como esta semilla que al desarrollarse es cobijo para los pájaros. Igualmente pasa con la levadura, una pequeña porción mezclada en gran parte de harina hace crecer una gran parte de masa. Las personas que tengan contacto con nosotros seguramente cambiarán. Se habrán contagiado de la energía de la Palabra.
Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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