Amor... La llamada de Dios

La llamada de Dios
La llamada de Dios

La relación con Dios es una relación gratuita, de amor, no es la ley la que marcará el camino sino la generosidad del corazón.

Dice una afirmación de un libro que estoy leyendo ahora que la llamada de Dios “no se cuadra dentro de lo obligatorio, su clima es lo gratuito”. La relación con Dios es una relación gratuita, de amor, no es la ley la que marcará el camino sino la generosidad del corazón.

En esta llamada podemos afirmar que Jesús no impone, no empuja, sino que nos invita a descubrirnos a nosotros mismos, a darnos a los otros. De alguna manera para llegar a darnos hemos de vivir en la pobreza del corazón… al ser pobre me despojo de mí mismo, no porque no tenga valor o porque crea que sea inferior, si no porque reconozco en los otros la igualdad, la creación fascinante de Dios en el hombre… Nos hemos de vaciar y dejar espacio en el corazón para que Dios llene por completo lo que los demás no pueden.

En una sociedad donde rige el tener, nos plantamos con esta idea de apertura, de pobreza de corazón y contrasta porque ya no es lo material lo que domina la vida, si no que es la persona, su debilidad y su fortaleza la que reina en la mente y corazón del ser humano.

La llamada de Dios ha de servir para ser más nosotros, para ver en los otros unos iguales y no una rivalidad y para descubrir que se camina con más felicidad por la vida cuando amamos que cuando competimos por lo material.

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