Otra mirada

Otra mirada
“Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío; tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?... Espera en Dios, que volverás a alabarlo: «Salud de mi rostro, Dios mío». ”(Salmo 41)

Si tienes ante ti la posibilidad de tomarte este verano un tiempo de descanso, seguro que bien merecido ante el ajetreo de las prisas cotidianas, de aquello que siempre nos urge más que compartir un tiempo con Dios, quizás es tu momento para detenerse y buscarle en tu vida con otra mirada. Si ahora no tienes en la cabeza mil cosas para hacer, disfruta del tiempo, es decir, de este día que tienes ante tus ojos, en que el reloj no te indicará el siguiente lugar a donde ir pero sí que puedes mirarlo y decirte: Sí, tengo tiempo para buscarle, hablarle, para apaciguar mi alma y encontrarme con el Dios vivo.

Ahora no hay excusas de falta de tiempo, de que tengo cosas para hacer, sino la posibilidad de reconocer su presencia en mí, en todo lo que soy, me envuelve, porque Él no nos espera sólo en una estación estival, no entra dentro del tiempo libre de unas vacaciones sino que está en cada estación del año, en cada segundo de respiración que tenemos. Hoy nos invita como cada día a ti y a mí, a unir nuestras miradas, a darle sentido a nuestra vida desde Él. Podemos hacer otro tipo de actividades cuando disfrutamos de más tiempo, cuando cambiamos el chip de la rutina diaria pero no podemos desconectar de Dios porque siempre está, lo único importante es en qué medida lo reconozco y forma parte de mi hoy. Texto: Ana Isabel Pérez.
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