El regalo de una sonrisa

Rosa
Son muchas las veces en las que hemos escuchado o bien decimos que la vida está hecha de pequeñas cosas, sencillas, que son las que de verdad llegan al corazón y se van viviendo en el día a día. Con motivo de la festividad de Sant Jordi (San Jorge) en Cataluña, donde es tradición regalar rosas y libros, tuve la alegría de recibir una rosa de un niño de cuatro años del colegio en el que estoy. Siempre da alegría recibir un regalo pero para mí, no fue la rosa en sí, que era lo visible, la belleza palpable, sino que lo fue el regalo de la sonrisa y el abrazo del niño ¡cuánta ternura! Llegó al cole acompañado de su hermano y sus padres, una bonita familia que aprecio y llevo en la oración. En un primer momento fue una sorpresa junto a la alegría, el agradecimiento, etc.….pero es después donde rebobinas la imagen de lo vivido y también es donde hay que saber reposar y acoger lo bueno que nos va sucediendo, que nos va deparando el día y es ahí donde se convierte en acción de gracias ante el Señor.

Leer los acontecimientos de la vida a la luz de la Resurrección nos lleva a descubrir y reconocer que el verdadero sentido de nuestra vida es el Amor. También son muchas las veces en que se nos escapan o nos cuesta reconocer los regalos cotidianos en nuestra propia existencia. ¡Señor, ayúdanos a abrir los ojos, a acoger en el corazón tanto como nos das, nos muestras en nuestro caminar! "Hay que vivir con alegría las pequeñas cosas de la vida cotidiana…No te prives de pasar un buen día" (Papa Francisco) Texto: Hna. Ana Pérez.
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