El signo de Jonás

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Jesús respondió a los que le pedían un milagro: “A esta generación malvada e infiel que pide una señal milagrosa, no se les dará más señal que la del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez, así también el Hijo del Hombre estará tres días y tres noches dentro de la tierra. Los habitantes de Nínive se levantarán en el día del juicio, cuando se juzgue a la gente de esta generación; porque los de Nínive se convirtieron a Dios cuando oyeron el mensaje de Jonás y lo que hay aquí es más que Jonás” (Ma 12, 40-42).

Jesús no quiere la muerte de sus oyentes, como Dios no quería la muerte de los ninivitas. Jonás, sí, era reacio a la conversión de este pueblo, no quiere obedecer al mandato del Señor. Tampoco Dios quiere la muerte de Jonás sino que cumpla lo que le ha ordenado, no lo que él quería. Dentro del monstruo marino el profeta está a salvo de ahogarse y es llevado por el pez al lugar de su misión después de pasar tres días y tres noches dentro del pez. Del mismo modo que Jesús pasó tres días y tres noches antes de resucitar.

Dios nos puede pedir misiones que no comprendemos, hay que ejercitar la fe y la confianza en él para ejecutar su voluntad, aún sin ver claro donde nos quiere llevar.Texto: HNa. María Nuria Gaza.
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