Nuestro mundo está marcado por muchos estereotipos... La verdad

La verdad
La verdad

Y uno de los aspectos que vengo a tocar hoy es cómo se vive la verdad, es decir, cómo la verdad influye de una u otra manera en la vida. La verdad es un valor imprescindible para la convivencia, las relaciones, los proyectos, la política…; pero a veces quedamos muy lejos de esa verdad y nos acostumbramos a vivir en el caballo de la mentira, subir es fácil, pero bajar no lo es tanto.

Nuestro mundo está marcado por muchos estereotipos que van apoderándose poco a poco de nuestra manera de vestir, de hacer, de pensar… y sin darnos cuenta entramos en un círculo que hasta encontramos normal. Con ello no quiero decir que todo el mundo entra dentro de esta realidad, pero la gran mayoría se deja influir, sin lugar a duda.

Y uno de los aspectos que vengo a tocar hoy es cómo se vive la verdad, es decir, cómo la verdad influye de una u otra manera en la vida. La verdad es un valor imprescindible para la convivencia, las relaciones, los proyectos, la política…; pero a veces quedamos muy lejos de esa verdad y nos acostumbramos a vivir en el caballo de la mentira, subir es fácil, pero bajar no lo es tanto.

En ocasiones estamos lejos de lo que leemos en el Evangelio, de lo que predicamos y defendemos con gran fuerza. En ocasiones estamos lejos, muy lejos. En Juan 14, 6 afirma que: “Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí”, es decir, para llegar a Jesús hemos de vivir en verdad porque Él es la verdad, y como tal, sólo se accede a través de la verdad, ¿vivimos así?

En otra cita, Juan 8, 32: “conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”; no podemos negar que la verdad hace libres a las personas, conocer a Jesús provoca en nuestras vidas felicidad, capacidad de enfrentarnos a lo que sea, aunque para ello, la verdad ha de ser un principio básico en la vida. ¿Nos sentimos libres? Realmente ¿podemos afirmar que vamos con la verdad por delante? Ciertamente decir sí es lo más sencillo, y a eso me refiero, nos acostumbramos a una manera de vivir y hemos de ser conscientes sobre qué manera concreta es, podemos encender la televisión y pensar que la verdad brilla por su ausencia, sólo importa salir indemne de cualquier situación, a costa de lo que sea, todo se convierte en un tira y afloja. Y en las relaciones humanas también encontramos aspectos de lo que podemos presumir poco, porque importa dar una imagen, conseguir lo que interesa y después prescindimos del daño que hacemos. En definitiva, que nos engañamos a nosotros mismos y a los demás.

Finalmente, animo a vivir en la Verdad, porque esa verdad de la que se habla en el evangelio, esa verdad que proviene de Jesús existe, es real y podemos vivirla. Dejemos de lado lo que se nos ofrece de oscuro, de poco fiable y acojamos lo auténtico y lo que viene del corazón. Podemos dejarnos ayudar por el Espíritu de Dios, como dice Juan 16, 13: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que habrán de venir.”

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