Rezaron en Varsovia por "por el rápido fin de la guerra" Bartolomé y Gądecki rezan por la paz con los refugiados ucranianos: "A veces sólo hay lugar para las lágrimas"

Bartolomé I y Gądecki
Bartolomé I y Gądecki

El jefe de la Iglesia Ortodoxa de Constantinopla, de visita en Polonia, se reunió con el presidente de los obispos locales, el arzobispo Gądecki, y juntos abrazaron a los refugiados que huyen de la guerra

Ante los refugiados, el Patriarca Ecuménico -que se encuentra en Polonia- agradeció calurosamente al país la muy generosa hospitalidad ofrecida a los ucranianos

Durante la reunión se rezó, entre otras cosas, "por el rápido fin de la guerra", por la curación de las heridas infligidas por esta crueldad, por las víctimas y por la "conversión" de los corazonesde quienes iniciaron el conflicto

Muchos de los ucranianos en Polonia son ortodoxos y monseñor Gądecki aseguró que la Iglesia local les apoyará en sus necesidades concretas y en las del espíritu, respetando sus peculiaridades

(Vatican News).- Se encuentran espacidos en varios paíseslos dos millones de ucranianos que se quedaron sin tierra de la noche a la mañana por la guerra desatada por Rusia y a los que la gran generosidad de Polonia ha dado cobijo y devuelto un poco de dignidad. Unos 90 de ellos se encuentran también en el campus de la Universidad Cardenal Stefan Wyszyński. Y es aquí, en la universidad dedicada al antiguo primado que se opuso al totalitarismo, donde el Patriarca de Constantinopla Bartolomé I se encuentra con ellosy se emociona hasta las lágrimas. "Simplemente no hay manera de imaginar la gran devastación que esta horrible invasión ha causado en el pueblo ucraniano y en el mundo entero", dijo, tras reunirse cara a cara con el presidente de los obispos del país, el arzobispo Gądecki.

Una guerra sin sentido

Ante los refugiados, el Patriarca Ecuménico -quese encuentra en Polonia desde el 27 de marzo por invitación del Presidente Andrzej Duda, con quien mantuvo una conversación- agradeció calurosamente al país la muy generosa hospitalidad ofrecida a los ucranianos. A veces, dice, no hay palabras para describir el horror, sólo quedan las lágrimas. "Vuestra solidaridad con ellos es un verdadero regalo del cielo, es lo único que puede vencer el mal y la oscuridad en el mundo", afirma Bartolomé, a su vez agradecido por Monseñor Gądecki.

Ni siquiera 80 años después de la Segunda Guerra Mundial, Europa vuelve a experimentar "el afán" de dominación y "la falta de respeto por la vida y la dignidad humanas", observó el jefe de los obispos polacos, recordando las palabras de su carta dirigida hace días al Patriarca de Moscú Kyrill: "La guerra es siempre una derrota de la humanidad. Esta guerra (...) por la cercanía de ambos pueblos y sus raíces cristianas- carece aún más de sentido".

Las reuniones de Bartolomé I

Muchos de los ucranianos en Polonia son ortodoxos y monseñor Gądecki aseguró que la Iglesia local les apoyará en sus necesidades concretas y en las del espíritu, respetando sus peculiaridades.

Durante la reunión, según un comunicado, se rezó, entre otras cosas, "por el rápido fin de la guerra", por la curación de las heridas infligidas por esta crueldad, por las víctimas y por la "conversión" de los corazonesde quienes iniciaron el conflicto. La oración del "Padre Nuestro" en inglés y en ucraniano y el signo de la paz concluyeron el encuentro, junto con la bendición del arzobispo Gądecki y de Bartolomé I, que mañana concluirá su visita a Polonia tras reunirse, entre otros, con los refugiados de guerra en el Centro Cultural Ortodoxo de Varsovia y con los fieles de la iglesia ortodoxa Jan Klimak de Varsovia-Wola, acompañado por el metropolita ortodoxo polaco Sawa.

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