Concluye la Asamblea sinodal de los delegados de las Iglesias de Asia Cardenal Bo: "Es necesario desprenderse de todo lo que nos impide ser una Iglesia sinodal"

Sínodo Bangkok
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El arzobispo de Yangon -presidente de la FABC- ofició la misa de clausura de la asamblea continental celebrada en Bangkok en el camino deseado por el Papa Francisco en todo el mundo

En las reflexiones de los delegados asiáticos sobre la sinodalidad hubo también un examen de las propias estructuras eclesiales que hay que cambiar para acoger plenamente este camino en el propio contexto

Card. Jean-Claude Hollerich: "Cada delegado es un instrumento único que, sin embargo, debe saber sonar en sintonía con los demás, para producir una sinfonía y no una cacofonía de sonidos"

(AsiaNews).- Con una celebración eucarística presidida por el Card. Charles Bo, arzobispo de Yangon y presidente de la Federación de las Conferencias episcopales asiáticas, concluyó ayer en el Baan Phu Wan Center de Bangkok la Asamblea sinodal de los delegados de las Iglesias de Asia. La cita fue la etapa continental del camino querido por el Papa Francisco sobre el tema de la sinodalidad, que - después de dos años de escucha y discusión en las diócesis de todo el mundo - llegará a Roma en octubre de 2023 para la 16ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.

En su homilía, el cardenal Bo comparó el itinerario sinodal con los cuarenta días que vivió Jesús en el desierto: un tiempo "difícil pero necesario porque le permite a la Iglesia dar un mejor testimonio del Evangelio, a través de un proceso de escucha, encuentro y discernimiento".

En esta actitud de purificación, el cardenal Bo subrayó cómo uno de los pasos necesarios hoy es "desprenderse de todo lo que nos impide ser una Iglesia sinodal", cultivando una "cultura del encuentro" acogiendo la "fuerza transformadora del Espíritu Santo". Una invitación a trabajar de forma sencilla "como hizo Jesús", no sólo viendo, sino observando; no sólo oyendo, sino escuchando; no sólo pasando al lado de la gente, sino deteniéndose junto a ella; no sólo lamentando la pobreza, sino dejándose mover por la compasión. "En Asia -recordó- somos minoría y vivimos en medio de tensiones sociales, políticas y religiosas. Pero es aquí donde estamos llamados a ayudar a nuestros hermanos y hermanas necesitados".

En la última sesión de trabajos fue el Card. Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y relator general del Sínodo, quien se dirigió a los delegados, haciendo hincapié en tres puntos de la sinodalidad. Utilizando el ejemplo de los instrumentos musicales, el Card. Hollerich explicó en primer lugar cómo cada delegado es un instrumento único que, sin embargo, debe saber sonar en sintonía con los demás, para producir una sinfonía y no una cacofonía de sonidos. En segundo lugar, subrayó que la sinodalidad requiere humildad para trabajar y caminar juntos en este viaje. Por último, recordó que una Iglesia sólo es sinodal si abraza la misión de Cristo de proclamar el Evangelio y estar al servicio desinteresado de todo el pueblo de Dios.

El documento final -con las enmiendas que sugirieron los delegados durante los tres días de debate en representación de las 17 Conferencias Episcopales y 2 Sínodos de Iglesias de rito oriental que adhieren a la Federación de Conferencias Episcopales de Asia- a continuación se aprobó y se confió a la Secretaría General del Sínodo. Junto con los de las Asambleas análogas que se están celebrando en otros continentes en estas últimas semanas, constituirá la base del Instrumentum laboris del Sínodo, que se publicará antes de junio.

Cardenal Bo: "En Asia somos minoría y vivimos en medio de tensiones sociales, políticas y religiosas. Pero es aquí donde estamos llamados a ayudar a nuestros hermanos y hermanas necesitados"

Sin embargo, los delegados presentes en Bangkok también reflexionaron sobre cómo continuar este camino en el contexto específico de Asia. En concreto, reflexionaron sobre dos cuestiones: qué estructuras eclesiales hay que cambiar o crear para mejorar la sinodalidad de la Iglesia de Asia, y qué les gustaría a los delegados que sucediera a nivel local en el año que transcurrirá entre las dos sesiones que el Papa Francisco tiene previstas para el sínodo: la de octubre de 2023 y la de clausura en octubre de 2024.

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