El patriarca caldeo insiste en el valor "la hermandad" en un país multiconfesional Cardenal Sako: "Ha llegado el momento de salir de esta situación mortal. La paz es un objetivo común"

Un bandera y un pueblo
Un bandera y un pueblo

"Un cambio que debe comenzar en las familias, las iglesias y mezquitas, las escuelas y los medios de comunicación", advierte

Llama a preservar las diferencias y reforzar valores como "el amor, la tolerancia y el perdón". Los extremistas "explotan" la fe con fines políticos y económicos

"Toca a los líderes religiosos 'reinterpretar' los temas de la fe 'de un modo positivo', resaltando la riqueza de las diferentes comunidades'. Esta sana relación espiritual, concluye, facilitará la convivencia en un país multiconfesional"

(AsiaNews).- Superar "las divisiones y las tensiones" que atraviesan el país y la región de Oriente Medio, para "cambiar la realidad con confianza", trabajando con ahínco para "reformar la educación, la salud y la red de infraestructuras". Es el propósito para 2022 que llama a asumir el Patriarca Caldeo, el Card. Louis Raphael Sako, en su mensaje de principio de año dirigido a los cristianos iraquíes y a las comunidades de la diáspora que siguen manteniendo fuertes lazos con su tierra de origen. "El cambio comienza por la educación en el hogar”, advierte el cardenal, “y en las escuelas, iglesias y mezquitas, y en los medios de comunicación". 

El primado caldeo insiste en el valor de ser todos "hermanos" a pesar de las distintas "diversidades", y exhorta a experimentar la "verdadera felicidad" que deriva del "amor y el respeto mutuo". Precisamente porque Irak es la "tierra e historia" común de cristianos y musulmanes, es una tarea de todos "preservarla y trabajar por su prosperidad salvaguardando las diferencias", partiendo de valores inalienables como "el amor, la tolerancia y el perdón". 

Cardenal Louis Sako
Cardenal Louis Sako

El cardenal Sako subrayó que el primer día del año siempre está dedicado a la paz, a la esperanza de una recuperación tras un periodo accidentado, caracterizado por "conflictos, tensiones y enfermedad [aludiendo a la pandemia del Covid-19]" que han aumentado "el hambre y la sed" y han empujado a la gente hacia una "muerte lenta". De ahí la necesidad de un renacimiento, como nos recuerda el Papa Francisco: "Se llega a la paz cuando ésta forma parte del comportamiento personal. Esto requiere la capacidad de practicar la tolerancia, el perdón, la solidaridad y la colaboración".  

Irak, añade el cardenal Sako, ha pasado por "circunstancias difíciles, no sólo tras la caída del régimen [de Sadam Husein], sino a lo largo de toda nuestra historia", que está llena de retos y batallas, pero ahora "ha llegado el momento de salir de esta situación mortal". La paz, advirtió, es un objetivo que debe perseguirse a nivel "humano, religioso y nacional" gracias al esfuerzo común de todos.

El Patriarca caldeo pronuncia estas palabras en un clima de gran preocupación por el futuro de la nación, hasta el punto de que el 21 de diciembre la Iglesia caldea celebró una jornada de ayuno y oración por un Irak en busca de "un nuevo equilibrio" y un futuro de "desarrollo y seguridad". Con esta iniciativa, el cardenal se dirigió no sólo a la comunidad cristiana, sino a todos los que se preocupan por el bien del país árabe - incluidos los musulmanes que atraviesan una fase de transición política e institucional tras las elecciones parlamentarias del pasado octubre. 

A finales de año, el cardenal participó en un simposio organizado por el Ministerio de Cultura iraquí y moderado por el intelectual Saad Salloum, en el que recordó que la violencia y el extremismo "no están ligados a la religión", sino a la "comprensión" e "interpretación" que se hace de ella. El patriarca advirtió que el problema es la "explotación" de la fe por parte de los "extremistas", con "fines políticos o económicos". Es triste observar que "hoy, los asesinatos continúan”, y que quienes los llevan a cabo “se amparan en Dios y la religión". "La frustración y el silencio", añadió, "refuerzan la corrupción, el extremismo y la violencia". 

En una perspectiva de paz y tolerancia, es fundamental el papel de los medios de comunicación, que deben dar un "mensaje" -y evitar las "provocaciones"- a fin de crear una "cultura y conciencia"

Para terminar, añadió la importancia de "la educación espiritual en las mezquitas e iglesias", que representan un punto de referencia "en medio de la fragmentación y la dispersión de nuestra sociedad". Toca a los líderes religiosos "reinterpretar" los temas de la fe "de un modo positivo, resaltando la riqueza de las diferentes comunidades". "Esta sana relación espiritual", concluye, "facilitará la convivencia en un país multiconfesional".

Primero, Religión Digital

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