“El pueblo vive una dramática crisis humanitaria” Colombia: los obispos piden la intervención del Papa para frenar la violencia en el Chocó

Manifestación contra la violencia en Colombia
Manifestación contra la violencia en Colombia

“El abandono del Estado, las acciones perversas de los grupos armados, la débil implementación del Acuerdo de Paz y los intereses de diversos grupos económicos”, entre las causas de la violencia

Los pastores denuncian desplazamientos forzados, muertes y mutilaciones por minas antipersona, reclutamiento de niños, amenazas a líderes y comunidades, asesinatos, extorsiones y otros delitos

El sábado 4 de junio, el obispo de Quibdó, Juan Carlos Barreto, durante un encuentro con el papa Francisco en el Vaticano, le presentó al Santo Padre la crisis humanitaria y la situación de los derechos humanos que viven estos territorios, pidiendo su intervención.

En una carta leída al Papa por Barreto, firmada también por los obispos Mario de Jesús Álvarez Gómez, de Istmina-Tadó, y Hugo Alberto Torres Marín, de Apartadó, se destaca “la belleza y riqueza” de estos territorios, la riqueza de la biodiversidad reconocida mundialmente, el bosque que cubre gran parte del territorio y que constituye una “reserva de agua y oxígeno para la humanidad”.

Escenario de guerra

“En medio de tantos valores, el pueblo del Chocó vive una dramática crisis humanitaria y de derechos humanos”, continúa la carta, señalando que el 64% de sus habitantes vive en la pobreza, que tiene su origen en “el abandono del Estado, las acciones perversas de los grupos armados, la débil implementación del Acuerdo de Paz y los intereses de diversos grupos económicos. El Pacífico colombiano, al igual que otras regiones del país, se ha convertido en un escenario de guerra y anarquía que destruye la vida de las personas y las comunidades”.

Obispo Juan Carlos Barreto
Obispo Juan Carlos Barreto

Las misiones humanitarias llevadas a cabo por la Iglesia, la sociedad civil y los representantes de la comunidad internacional han puesto de manifiesto la crisis humanitaria, medioambiental, económica y social a la que se enfrentan las comunidades, que se manifiesta en desplazamientos forzados, muertes y mutilaciones por minas antipersona, reclutamiento de niños, amenazas a líderes y comunidades, asesinatos, extorsiones y otros delitos.

Desesperación y terror

La violencia en la ciudad de Quibdó ha causado más de mil muertes entre los jóvenes en los últimos diez años, y el alto número de suicidios entre los jóvenes, especialmente en las comunidades indígenas, refleja la desesperación y el terror que se vive en la región.

“Amado Papa Francisco, el Chocó está necesitado de condiciones de vida dignas y clama a gran voz su intervención apostólica -concluye la carta- para lograr dos objetivos fundamentales: un acuerdo humanitario y una solución negociada al conflicto armado. De lo contrario, el sufrimiento del pueblo aumentará y se cobrará muchas más víctimas. Santo Padre, el departamento del Chocó lo ama y anhela su voz de esperanza y una bendición que sea bálsamo y fuerza para continuar el difícil camino”.

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