Una nueva ley obliga a denunciar o enfrentarse a penas de hasta 21 años de cárcel La Iglesia de Tasmania no violará el secreto de confesión en casos de abusos

Sacramento de la confesión
Sacramento de la confesión

El arzobispo de la diócesis local declaró no acatar una ley secular que imponga violar el voto sacerdotal


El Consejo legislativo de Tasmania aprobó el miércoles la ley, presentada por el gobierno conservador, que impone tal obligación a los religiosos, además de los parlamentarios, educadores, policías y profesionales de la salud.

La norma obliga a quien tenga conocimiento de abusos sexuales a menores a tener que denunciarlo ante la policía y prescribe una pena máxima de 21 años de cárcel o multas de hasta 3.360 dólares (2.080 euros).

Una normativa similar fue ya introducida, luego de las recomendaciones de la Comisión Nacional de Investigación sobre Respuestas de las Instituciones a los Abusos de Pedofilia, en los estados de Australia del Sur y Victoria y en los territorios del norte y de la capital federal, y también allí obispos católicos hablaron de la imposibilidad de los sacerdotes a acatar este ley.

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