Padre Antonio Ledesma: "Los fieles desean la participación activa de los laicos" Iglesia filipina en clave sinodal: Potenciar las comunidades eclesiales de base

Comunidades eclesiales de base en Filipinas
Comunidades eclesiales de base en Filipinas

Durante la reciente consulta sinodal lanzada en todas las diócesis de Filipinas, tres temas principales fueron objeto de reflexión: la escucha, el anuncio y la celebración

El objetivo principal es reforzar la experiencia de las comunidades eclesiales de base, donde los fieles experimentan la fe y la vida cristiana

(Vatican News).-"En la Iglesia filipina, la participación en el proceso sinodal, en vista de la Asamblea del Sínodo que está a punto de comenzar en el Vaticano, ha sido amplia, con consultas de base en todas las diócesis y una fecunda reflexión”
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Así describe el padre jesuita Antonio Ledesma, arzobispo emérito de la archidiócesis de Cagayán de Oro, en una entrevista con la Agencia Fides, el camino iniciado por las diócesis locales.

El objetivo principal, que surgió durante las reuniones, es la necesidad de reforzar cada vez más las Comunidades Eclesiales de Base (CEB). Estas se iniciaron en Filipinas a finales de los años 60, inmediatamente después del Concilio Vaticano II, y hoy "son una experiencia eclesial de estilo sinodal", continúa Ledesma, "ya que se caracterizan por un carácter inclusivo y participativo de todos los miembros del Pueblo de Dios que contribuyen a la labor pastoral y a la misión".

La participación activa de los laicos

Para el jesuita, los fieles "desean espacios en la vida de la Iglesia que les permitan hablar abiertamente, como las reuniones semanales de las CEB, los momentos de diálogo o de discusión".

En la consulta sinodal, de hecho, surgió la participación activa de los laicos dentro de las comunidades eclesiales de base, "significativa para organizar la vida pastoral, pero también para apoyar solidariamente a las familias más pobres y promover una vida digna para todos", continúa Ledesma.

Como indica el Papa Francisco, por tanto, la fraternidad humana es la clave para iniciar el camino ecuménico y el diálogo interreligioso, temas que tocan de lleno la sinodalidad. "El camino sinodal en Filipinas -concluye el arzobispo- ha ido avanzando con espíritu misionero y con alegría. Acabamos de celebrar los 500 años de la llegada del Evangelio a nuestra nación, ahora nos toca a nosotros seguir dando el Evangelio del amor y la alegría a las nuevas generaciones".

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