La red de comisiones católicas insta a las naciones a reforzar su compromiso con los mecanismos que garantizan la inviolabilidad del ser humano Justicia y Paz Europa advierte sobre la erosión de las instituciones de derechos humanos

(Justicia y Paz).- El Día de los Derechos Humanos de este año llega en un momento de creciente tensión para el sistema internacional de derechos humanos. Las instituciones que se crearon para proteger universalmente la dignidad humana se enfrentan a retos políticos sin precedentes. Por ello, Justicia y Paz Europa ha decidido dedicar su Declaración del Día de los Derechos Humanos 2025 a esta preocupante tendencia, ofreciendo una breve reflexión y algunas recomendaciones operativas para contrarrestar este fenómeno.

Casi todos los días leemos en las noticias sobre graves violaciones de los derechos humanos: en El Fasher, Sudán, cientos de personas murieron en un hospital en un ataque perpetrado por la milicia RSF en octubre.

En Járkov, Ucrania, un jardín de infancia fue atacado por un dron; como ocurre a menudo en su absurda guerra contra Ucrania, el agresor, Rusia, atacó deliberadamente infraestructuras civiles. Estados Unidos ha sido acusado por expertos de la ONU [1] de violar el derecho internacional al atacar presuntos buques de tráfico de drogas en el Caribe y matar extrajudicialmente a más de 80 personas a bordo. El Grupo de Expertos de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos en Nicaragua (UNGHREN) ha informado [2] a la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, torturas y represión selectiva contra instituciones cristianas en el país. En Irán, más de mil personas han sido ejecutadas este año, entre ellas muchos opositores políticos al régimen. Estos horribles ejemplos dejan claro que no es posible vivir en paz y dignidad si la comunidad internacional se queda de brazos cruzados y observa con indiferencia tales injusticias. Se necesita un sistema de derechos humanos sólido, con instituciones de derechos humanos fuertes, para garantizar la rendición de cuentas. «Es necesario garantizar el imperio indiscutible de la ley»(cf. Fratelli tutti, 173).

Sin embargo, lamentablemente, en 2025 se ha producido un nuevo debilitamiento del sistema internacional de derechos humanos. Estados Unidos se retiró del proceso de Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, un mecanismo diseñado para garantizar que todos los Estados rindan cuentas ante los demás por su historial en materia de derechos humanos. Esta medida sin precedentes socava la universalidad del sistema y sienta un precedente preocupante que otros podrían seguir.

Al mismo tiempo, la influencia de los gobiernos autoritarios dentro de las estructuras de derechos humanos de las Naciones Unidas sigue aumentando. Bajo la bandera de la «soberanía» y la «no injerencia», algunos Estados tratan de debilitar el escrutinio internacional y redefinir los derechos humanos de manera que se erosione su universalidad e indivisibilidad.

También observamos con gran preocupación que algunos Estados, en particular la Federación de Rusia y la República Popular China, están trabajando sistemáticamente para retirar la financiación al sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas, bloqueandoo recortando los fondos destinados a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) y al Consejo de Derechos Humanos, designados para investigar las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo [3].

La Corte Penal Internacional (CPI) también se enfrenta a graves desafíos. En 2025, Burkina Faso, Malí, Níger y Hungría anunciaron su retirada del Estatuto de Roma, sumándose así a la lista de Estados que se han distanciado de la jurisdicción de la Corte. Además, el Gobierno de los Estados Unidos impuso sanciones a determinados magistrados y funcionarios de la CPI. Estas decisiones debilitan la rendición de cuentas por los delitos más graves en un momento en que los conflictos se multiplican y la impunidad va en aumento.

Incluso en Europa, el sistema de protección se encuentra amenazado. En mayo de 2025, varios gobiernos europeos pidieron una «revisión» del Convenio Europeo de Derechos Humanos y la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), argumentando que limita indebidamente la soberanía nacional. Este clima político pone en peligro la autoridad del Tribunal y el carácter vinculante de sus sentencias, que son esenciales para defender el Estado de derecho y proteger a las personas vulnerables, incluidas las migrantes y las solicitantes de asilo.

Como Justicia y Paz Europa consideramos que estos acontecimientos son profundamente preocupantes. Creemos que la persona humana, creada a imagen de Dios, posee una dignidad inalienable que precede y trasciende la soberanía del Estado. Corresponde a los Estados no solo proteger la dignidad humana, sino también «garantizar las condiciones necesarias para que florezca en la promoción integral de la persona humana» (cf.Dignitas infinita, 65). Las instituciones internacionales de derechos humanos se crearon como expresión de la unidad moral de la familia humana, unida por la responsabilidad mutua. Cuando los Estados se retiran de estos mecanismos o intentan subordinarlos a conveniencias políticas, dañan el tejido mismo de la solidaridad, la justicia y la responsabilidad internacionales.

La actual erosión de las instituciones de derechos humanos representa, por tanto, no solo una crisis jurídica o política, sino también moral. Esta crisis moral se ve agravada por una visión emergente de los derechos humanos que los separa de la dignidad inherente a la persona humana. Cuando la dignidad se reduce a una preferencia subjetiva en lugar de reconocerse como intrínseca y universal, los derechos pierden su fundamento ético y se vuelven vulnerables a la redefinición política o ideológica. Un orden coherente de derechos humanos requiere una comprensión estable de la persona humana, cuya dignidad precede al Estado y sustenta la universalidad de todos los derechos.

Estas consideraciones exigen un compromiso renovado con las instituciones que salvaguardan la dignidad humana. Por lo tanto, Justicia y Paz Europa insta a renovar el compromiso con el sistema internacional de derechos humanos y exhorta a los Estados, los órganos decisorios del Consejo de Europa, la Unión Europea y las entidades competentes a nivel mundial a:

-Garantizar que los debates sobre los derechos humanos sigan basándose en una concepción de la dignidad humana que sea intrínseca, universal y no esté sujeta a revisiones políticas o ideológicas;

-reafirmar su participación y cooperación con los mecanismos internacionales y regionales de derechos humanos, incluidos el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Corte Penal Internacional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos;

-hablar y actuar de manera coherente en defensa del Derecho internacionaly las instituciones de derechos humanos;

-reforzar la cooperación multilateral y garantizar la credibilidad de las instituciones y mecanismos de derechos humanos, principalmente mediante el cumplimiento de sus decisiones;

-defender la universalidad e indivisibilidad de los derechos humanos, rechazando los enfoques selectivos basados en intereses políticos;

-apoyar a las instituciones nacionales, regionales e internacionales independientes de derechos humanos y a los esfuerzos pertinentes de la sociedad civil;

-garantizar que las instituciones de derechos humanos cuenten con la financiación adecuada para poder cumplir sus mandatos, en particular la investigación de las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo;

-promover una cultura de respeto de la dignidad humana y los derechos humanos en nuestras sociedades mediante la educación y la sensibilización.

Comité Ejecutivo de Justicia y Paz Europa

[1] La guerra de EE. UU. contra los «narcoterroristas» viola el derecho a la vida, advierten expertos de la ONU tras un ataque mortal contra un barco. Nota de prensa ONU, 16 de septiembre 2025.

[2] Grupo de Expertos de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos en Nicaragua.

[3] Informe: Cómo los Estados intentan recortar los fondos destinados a los derechos humanos en la ONU.