Reconoce el martirio del juez siciliano asesinado por la mafia en 1990 El Papa beatificará a Rosario Livatino, el juez mártir de la mafia

El Papa beatificará a Rosario Livatino, el juez mártir de la mafia
El Papa beatificará a Rosario Livatino, el juez mártir de la mafia

"Un ejemplo no sólo para los magistrados, sino para todos los que trabajan en el campo del derecho: por la coherencia entre su fe y su compromiso de trabajo, y por la actualidad de sus reflexiones"

Fue asesinado por la Stidda, la mafia local, en la carretera por la que viajaba cada día al Tribunal. Cuatro hombres lo molieron a golpes y luego lo remataron a tiros

El Papa ha aprobado el decreto que reconoce el martirio del juez siciliano asesinado por la mafia en 1990, Rosario Angelo Livatino, además de las virtudes heroicas de siete nuevos venerables siervos de Dios. Así lo ha confirmado la oficina de prensa del Vaticano. 

Así lo ha confirmado la oficina de prensa del Vaticano. El Papa se ha reunido con el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro, para autorizar al próximo beato y a los siete nuevos venerables siervos de Dios, con el reconocimiento de sus virtudes heroicas.

Rosario Angelo Livatino dedicó su vida al estudio de la jurisprudencia y al conocimiento profundo del fenómeno mafioso con la gran capacidad de encontrar nexos y recrear tramas, tanto que firmó importantes sentencias que lo pondrían en la mira de Cosa Nostra. Compromiso y fe, en un hombre siempre atento a la persona y a la dimensión de la redención además de la del crimen y por tanto capaz de condenar, pero también de comprender, dando, como él mismo escribió, "a la ley un alma".

Así quedó el juez Livatino

De él, el Papa dijo hace un año:

"Un ejemplo no sólo para los magistrados, sino para todos los que trabajan en el campo del derecho: por la coherencia entre su fe y su compromiso de trabajo, y por la actualidad de sus reflexiones".

Rosario Livatino nació en 1952 en Agrigento, una provincia siciliana. Hijo único del abogado Vincenzo Livatino y de Rosalia Corbo, estuvo ligado desde niño a la Acción Católica. Se graduó en Derecho en la Universidad de Palermo, y, poco después, se clasificó entre los primeros puestos para ejercer como magistrado, primero en el Tribunal de Caltanisseta, y después en la corte de Agrigento, como juez asociado. Fue en este período cuando se hizo cargo de las investigaciones más delicadas contra la mafia. 

Un trabajo duro en el que le guiaban el crucifijo y el Evangelio que tenía sobre su mesa, y la parada de cada mañana en la iglesia de San José. Después de su muerte, numerosas anécdotas sobre él inundaron Sicilia. Como la contada por el encargado de la morgue, que entre lágrimas relataba las veces que le había visto rezar junto a los delincuentes con los que se había tropezado cuando era fiscal. 

Rosario Livatino

Su labor dio fruto

Llamado «el juez niño» por el entonces presidente italiano, Francesco Cossiga, fue asesinado por la Stidda, la mafia local, en la carretera por la que viajaba cada día al Tribunal. Cuatro hombres lo molieron a golpes y luego lo remataron a tiros. No pudo llegar a ver cómo en 1992 aquello por lo que tan duro había trabajado, el descubrimiento de una extensa red de corrupción que implicaba a todos los principales grupos políticos del momento y a varias empresas, llegaba a buen fin. 

En junio de 2014, Francisco se lo presentó como ejemplo a los miembros del Consejo Superior de la Magistratura Italiana. Al animarlos a ser «leales a las instituciones y valientes al defender la justicia y la persona humana», destacó el «testimonio ejemplar del estilo propio del fiel laico cristiano» que supone Livatino: «Abierto al diálogo, firme y valiente defensor de la justicia». 

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