El patriarca de Jerusalén lamenta desde El Líbano "la cacería humana lanzada por el ejército israelí" Pierbattista Pizzaballa OFM: "En Jerusalén rige la 'ley del más fuerte'"

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"La ciudad santa está perdiendo su corazón pacífico y su condición de punto de referencia para las tres grandes religiones monoteístas", lamentó el patriarca

El patriarca latino de Jerusalén se encuentra en el Líbano, participando de la fase continental del sínodo sobre la sinodalidad. Días atrás, presidió la Conferencia de obispos latinos de la región árabe (CELRA)

Abordó diversos temas, referidos a la Iglesia y a la región: "Vivimos tiempos difíciles", reconoció, teniendo en cuenta la cacería humana que ha lanzado el ejército israelí y los actos de vandalismo y odio anticristianos que están multiplicando algunos grupos extremistas judío

Refiriéndose al sínodo y tomando como ejemplo la obra de conservación del Santo Sepulcro, que tardó 70 años en completarse, comentó: "Hay que saber esperar a que las personas con las que se trabaja comprendan. Y no rendirse"

(AICA).- El patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa OFM, se encuentra en estos días en el Líbano, participando de la fase continental del sínodo sobre la sinodalidad, en curso desde el 13 hasta el 18 de febrero. El prelado se refirió a la situación que se vive en Israel, y lamentó que “ya no existe un statu quo pacífico”, informó la agencia AsiaNews.

Monseñor Pizzaballa presidió, días atrás, la Conferencia de obispos latinos de la región árabe (CELRA), que celebró su sesión anual, y comentó al respecto que “solo en mi región hablamos tres dialectos árabes diferentes: jordano, egipcio y libanés y ahora, debido a Chipre, también tenemos que hablar turco”.

CELRA

“Venimos de realidades diferentes -añadió-, pero tenemos en común el hecho de pertenecer a países en guerra, que se caracterizan por las tensiones políticas y las profundas divisiones. Y luego están las distancias, ya sean de carácter geográficas o culturales". 

El patriarca abordó diversos temas, referidos a la Iglesia y a la región. En efecto, en las sociedades donde vive y trabaja la Iglesia latina, existen profundas disparidades sociales, por no mencionar a Jerusalén, el corazón espiritual de cristianos, judíos y musulmanes. Con el actual gobierno "ya no existe -subraya el patriarca- un statu quo pacífico" ni, en todo caso, una tregua entre las partes, sino que parece imponerse cada vez más  "la ley del más fuerte".

"El rol de Jerusalén es seguir siendo una ciudad abierta, como siempre ha sostenido la Santa Sede. Sin duda, algunas puertas son necesarias, pero no tienen que terminar excluyendo a otros. Debemos aprender a ser inclusivos, no a rechazar"

“Por lo general, hablamos de nuestra necesidad de defendernos: de defender nuestros confines identitarios, físicos, políticos, etc. El rol de Jerusalén es seguir siendo una ciudad abierta, como siempre ha sostenido la Santa Sede. Sin duda, algunas puertas son necesarias, pero no tienen que terminar excluyendo a otros. Debemos aprender a ser inclusivos, no a rechazar”, agregó, haciéndose portavoz de la vocación de acogida de la ciudad santa.

Por su manera de hablar, resulta evidente que la preocupación del patriarca Pizzaballa no se limita a los latinos -cuyo número no supera los 55 mil entre Israel y Cisjordania-, sino que abarca a todos los pueblos presentes en la diócesis, incluyendo las decenas de miles de inmigrantes de Asia que trabajan allí. La red pastoral de la Iglesia latina incluye numerosos centros de acogida (parroquias, jardines de infancia, dispensarios y hospitales, escuelas, universidades, institutos de estudios superiores y organizaciones juveniles), en cuyo interior se puede ver una mezcla de estos grupos tan diversos entre sí.

Tiempos difíciles

“Vivimos tiempos difíciles”, reconoció el primado latino, teniendo en cuenta la cacería humana que ha lanzado el ejército israelí y los actos de vandalismo y odio anticristianos que están multiplicando algunos grupos extremistas judíos. “Todos los países de la región, de una forma u otra, parecen haber sido tomados como rehenes, lo que explica la hemorragia humana que todos estamos presenciando”, continuó el patriarca. “Esto afecta especialmente a los cristianos -prosiguió-, pero no se puede impedir que las generaciones más jóvenes quieran escapar de una situación sin horizontes”. Y el Líbano es “el país al que se dirigen todos los cristianos del mundo árabe, para recuperar fuerzas y dar sentido a su presencia” en la región.

"'Vivimos tiempos difíciles', reconoció el primado latino, teniendo en cuenta la cacería humana que ha lanzado el ejército israelí y los actos de vandalismo y odio anticristianos que están multiplicando algunos grupos extremistas judíos"

En cuanto a la misión educativa de la Iglesia latina, verdadera "columna vertebral" de la presencia cristiana en el Líbano según el obispo libanés de los latinos, César Essay, corre serios riesgos de entrar en quiebra, debido a la depreciación de la lira. El tema está incluido en el orden del día de la sesión de trabajo, junto con la situación del clero, reducido, como toda la población, a un estado de precariedad. “El derrumbe de estas estructuras sería un golpe fatal para el país”, insistió el obispo, quien agregó que casi la mitad de los alumnos que asisten a escuelas católicas pertenecen a la Iglesia latina. Esta obra misionera “es también de primaria importancia en Siria e Irak”, añadió el patriarca, citando otras dos realidades de gran relevancia.

Sínodo sobre la sinodalidad

El Sínodo sobre la sinodalidad, convocado por el papa Francisco, es uno de los temas más importantes de la agenda de la sesión. “Las cosas no cambian por sí solas”, explicó a AsiaNews el patriarca Pizzaballa. “Debemos, en primer lugar, diseñar una visión personal clara del trabajo a realizar y, después, debemos trabajar a nivel institucional, que es mucho más difícil”.

Tomando como ejemplo la obra de conservación del Santo Sepulcro, que comenzó en 1947 y tardó 70 años en completarse, el primado de los latinos comentó: “Hay que saber esperar a que las personas con las que se trabaja comprendan. Y no rendirse. Si se sienten queridas, las personas terminan aceptando. Demora más, ¡pero de esa manera dura en el tiempo!”.

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