"Espero que nuestros hijos no tengan que combatir" Roman Maksymets explica al Papa el drama de los mutilados de guerra en Ucrania
| Svitlana Dukhovych
“Soy originario de la región de Leópolis – cuenta Roman en la entrevista concedida a los medios vaticanos – y desde que en 2017 fui dado de alta del hospital, siempre he llevado prótesis, que en aquel entonces fueron fabricadas en Italia, con las tecnologías más avanzadas. Ahora las prótesis que uso han sido hechas en Ucrania, porque también nosotros disponemos ya de tecnologías de vanguardia, y a los militares que quedan heridos se les aplican prótesis modernas.”
Hoy su misión consiste en apoyar a los militares que han quedado mutilados. “Voy a visitar a los soldados que tienen heridas o amputaciones en las extremidades superiores o inferiores. Y puedo compartir con ellos mi experiencia, porque han pasado nueve años desde mi herida y llevo ocho años y medio usando las prótesis”, explica.
“Al principio siempre es difícil, pero luego, con el tiempo, uno se acostumbra.” En casa, Roman tiene una esposa y cuatro hijos que lo esperan. A la pregunta de qué desea para sus hijos, responde: “Que puedan vivir libres en su propio país y que no tengan que combatir. Todo lo demás, creo, depende de ellos”.
Etiquetas