"Espero que nuestros hijos no tengan que combatir" Roman Maksymets explica al Papa el drama de los mutilados de guerra en Ucrania

Roman Maksymets durante el encuentro con el Papa
Roman Maksymets durante el encuentro con el Papa

Roman Maksymets, exsoldado ucraniano, al encontrarse con el Papa durante la audiencia del pasado miércoles 29 de octubre, compartió los testimonios de quienes han quedado gravemente mutilados por la guerra

Herido en 2016, sufrió la amputación de las extremidades inferiores, de un brazo y perdió la vista de un ojo. Hoy su misión consiste en apoyar a los militares que han quedado mutilados

(Vatican News).- Después de hablar con Roman Maksymets, uno se siente más ligero. No es muy hablador, pero su espontaneidad, unida a una gran fuerza de voluntad y a una profunda generosidad, no necesita de muchas palabras. Herido en acción en 2016, Roman sufrió la amputación de las extremidades inferiores, de un brazo y perdió la vista de un ojo. El último miércoles de octubre, al final de la audiencia general, pudo saludar al Papa, a quien agradeció el apoyo a Ucrania.

Prótesis de vanguardia en Ucrania

“Soy originario de la región de Leópolis – cuenta Roman en la entrevista concedida a los medios vaticanos – y desde que en 2017 fui dado de alta del hospital, siempre he llevado prótesis, que en aquel entonces fueron fabricadas en Italia, con las tecnologías más avanzadas. Ahora las prótesis que uso han sido hechas en Ucrania, porque también nosotros disponemos ya de tecnologías de vanguardia, y a los militares que quedan heridos se les aplican prótesis modernas.”

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Testigo para ayudar a los demás

Hoy su misión consiste en apoyar a los militares que han quedado mutilados. “Voy a visitar a los soldados que tienen heridas o amputaciones en las extremidades superiores o inferiores. Y puedo compartir con ellos mi experiencia, porque han pasado nueve años desde mi herida y llevo ocho años y medio usando las prótesis”, explica.

“Al principio siempre es difícil, pero luego, con el tiempo, uno se acostumbra.” En casa, Roman tiene una esposa y cuatro hijos que lo esperan. A la pregunta de qué desea para sus hijos, responde: “Que puedan vivir libres en su propio país y que no tengan que combatir. Todo lo demás, creo, depende de ellos”.

Roman Yarmolenko, um soldado ucraniano da 93ª brigada, aprende a caminhar com uma perna prostética. Ele atravessa um terreno acidentado e lamacento no entorno do centro de reabilitação Unbroken, em Lviv, Ucrânia, quarta-feira, 26 de julho de 2023 — Foto: Evgeniy Maloletka/AP

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