"El mundo entero se siente hoy impotente ante esta guerra ciega, absurda y sacrílega" Shevchuk, tras la visita de Biden a Kiev: "No estamos solos, seremos capaces de construir un país libre y democrático"

Biden y Zelenski, en Kiev
Biden y Zelenski, en Kiev Efe

"Hace un año, sólo quedaban en Kiev dos representaciones diplomáticas: el nuncio apostólico, el arzobispo Visvaldas Kulbokas, y el embajador polaco. Todos los demás habían huido. Un año después, no sólo han regresado todos, sino que incluso ha llegado el presidente de Estados Unidos. Vienen a visitarnos aquí, a Kiev"

"Rezamos para que el Señor escuche la voz de la sangre que clama desde la tierra ucraniana a los cielos. Pedimos que el mundo no cierre los ojos ante las heridas y el sufrimiento del pueblo ucraniano"

"No estamos solos". La histórica visita del presidente de EE.UU., Joe Biden, a Kiev, a punto de cumplirse un año de la invasión rusa de Ucrania es un reflejo de que "seremos capaces de defendernos y de construir un país libre y democrático". El jefe de la Iglesia greco-católica, Sviatoslav Shevchuk, valoraba ante los medios italianos el abrazo entre Biden y Zelenski en la capital ucraniana.

Shevchuk mostró la "gratitud" del pueblo ucraniano por la visita de Biden a Kiev, y lanzó "un grito: no nos dejéis solos, no nos abandonéis". Recordando lo sucedido hace un año, cuando "sólo quedaban en Kiev dos representaciones diplomáticas: el nuncio apostólico, el arzobispo Visvaldas Kulbokas, y el embajador polaco. Todos los demás habían huido. Un año después, no sólo han regresado todos, sino que incluso ha llegado el presidente de Estados Unidos. Vienen a visitarnos aquí, a Kiev".

"Estas visitas nos demuestran que no hemos sido olvidados y abandonados, que podemos contar con la solidaridad de Europa, del mundo, de Italia, y para nosotros esto es un gran consuelo. No estamos solos", recalcó Shevchuk quien recordó que, como ha sucedido hoy, las sirenas llevan un año sin dejar de sonar.

"El Consejo Panucraniano de Iglesias considera 'moralmente aceptable enviar armas a Ucrania para aumentar la capacidad de autodefensa'. Estas armas son para la defensa, no para el avance", señaló el arzobispo, quien insiste en que "el mundo entero se siente hoy impotente ante esta guerra ciega, absurda y sacrílega".

"Rezamos para que el Señor escuche la voz de la sangre que clama desde la tierra ucraniana a los cielos. Pedimos que el mundo no cierre los ojos ante las heridas y el sufrimiento del pueblo ucraniano", finalizó Su Beatitud, pidiendo también "que el mundo no se canse de este asunto".

"A menudo, el dolor de la guerra desaparece de los periódicos. Deja de ser noticia. Lo mismo ocurrió en 2014, cuando comenzó la invasión rusa. La verdad es siempre la primera víctima de la guerra", incidió Shevchuk, reclamando que "el grito de nuestro pueblo no caiga en el olvido y que quienes nos escuchen no permanezcan indiferentes, porque hemos experimentado que la mentira y la indiferencia realmente matan, de hecho conducen al genocidio".

Semana RD: Diez años del pontificado
Volver arriba