“Lo repetimos con fuerza: no hay, ni puede haber, impunidad para los obispos”, señalan en un mensaje "Desesperados y decididos", los obispos de Francia reiteran su determinación de luchar contra los abusos

Éric de Moulins-Beaufot, presidente de los obispos de Francia
Éric de Moulins-Beaufot, presidente de los obispos de Francia

Coincidiendo con la clausura de la asamblea plenaria de otoño, los obispos galos hacen público un mensaje dirigido a los fieles en el que señalan que los casos de abusos cometidos por los obispos Santier y Ricard les han llenado de "estupefacción, cólera, tristeza y desaliento"

“Somos conscientes de que estas revelaciones están teniendo un efecto doloroso en las víctimas, especialmente en aquellas que habían decidido depositar su confianza en nosotros. Somos conscientes de que muchos fieles, sacerdotes, diáconos y personas consagradas, están sacudidos. Estos sentimientos también son nuestros", añade el texto

"Desesperados y decididos". El título del mensaje que los obispos franceses han enviado a los fieles al concluir este martes, 8 de noviembre, la asamblea plenaria que les ha reunido durante una semana en Lourdes, es suficientemente ilustrativo del momento de tribulación que atraviesa la Iglesia gala, salpicada por sucesivos casos de abusos sexuales que han comprometido seriamente no solo su credibilidad ante la sociedad en su conjunto, sino que amenaza también con dejar una huella profunda en el ánimo de los presbíteros del país vecino.

“Hemos escuchado la estupefacción, la cólera, la tristeza, el desaliento que suscita lo que estamos conociendo sobre Mons. Michel Santier, antiguo obispo de Luçon y luego de Créteil, y ahora sobre Mons. Jean-Pierre Ricard, antiguo arzobispo de Montpellier y luego de Burdeos”, señalan los obispos al comienzo de su mensaje.

Obispo emérito Michel Santier
Obispo emérito Michel Santier

“Somos conscientes de que estas revelaciones están teniendo un efecto doloroso en las víctimas, especialmente en aquellas que habían decidido depositar su confianza en nosotros. Somos conscientes de que muchos fieles, sacerdotes, diáconos y personas consagradas, están sacudidos. Estos sentimientos también son nuestros. Como miembros del mismo cuerpo eclesial, también nosotros estamos heridos, profundamente afectados”, prosigue el mensaje.

Identificar disfunciones y errores

Sobre el caso del obispo Santier, que dimitió en el año 2020 en principio por los problemas derivados de la infección de coronavirus, aunque luego se supo que había sido sancionado por el Vaticano por unos abusos que había cometido en la década de los años 90, los obispos galos señalan en su mensaje que “somos muy conscientes de nuestras responsabilidades y hemos trabajado durante nuestra Asamblea para identificar las disfunciones y los errores que condujeron a una situación que resulta chocante para todos”.

Ante las dudas que este caso ha podido suscitar en los fieles sobre una doble vara de medir ante los delitos de los obispos, tratan de eliminar con vehemencia tal sospecha: “Lo repetimos con fuerza: no hay, ni puede haber, impunidad para los obispos”, dicen en el mensaje, justo antes de hacer ver igualmente que “por la propia naturaleza de su oficio apostólico, los obispos dependen directamente de la Santa Sede”, por lo que, ante la lentitud que suele acarrear entonces ese proceso, la Conferencia Episcopal francesa se compromete “a trabajar con la Santa Sede para aclarar y simplificar estos procedimientos”, para lo cual han creado en esta plenaria “un Consejo de Seguimiento que nos permita no enfrentarnos a estas situaciones solos y entre nosotros”.

Éric de Moulins-Beaufort, presidente de los obispos galos
Éric de Moulins-Beaufort, presidente de los obispos galos

Igualmente, los miembros del Episcopado francés, haciéndose eco de lo que “algunos se preguntan” sobre qué crédito se puede dar “a los compromisos adquiridos hace un año” tras el demoledor informe ICASE, que cifró en más de 300.000 las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia de Francia, “podemos asegurar que la transformación de las prácticas está en marcha, con la ayuda de muchos laicos especialmente cualificados, incluidas las víctimas”.

Una Iglesia aturdida

Pero la publicación de ese informe, en octubre del año pasado, no cerró el lacerante tema de los abusos en la Iglesia gala, toda vez que durante estos doce meses han ido saliendo nuevos casos de abusos en instituciones eclesiales, lo que incluso motivó algunas visitas apostólicas a algunas diócesis. Sin embargo, ni los pastores franceses parecían esperar, en vísperas de esta Plenaria de otoño, que el caso del monseñor Santier volviese a sacudir a una Iglesia aturdida.

El cardenal Ricard
El cardenal Ricard Diócesis de Burdeos

“Había otra pregunta en nuestros corazones al comienzo de la Asamblea Plenaria -reconocen en el mensaje-: ¿hay, habrá otros casos como éste [del obispo Santier]?”. Y, añaden, en “este contexto, la declaración del cardenal Jean-Pierre Ricard nos ha sacudido a todos. Su iniciativa de revelar un hecho grave de su pasado es importante. Hemos mencionado todas las situaciones que conocemos. Se trata de obispos que ya no están en funciones. Todos ellos han sido tratados por los tribunales”, señalan, en alusión a los once obispos que han sido o están siendo investigados por abusos e el país vecino.

Por ello, los obispos terminan su carta asegurando a los fieles que, “humildemente pero de todo corazón, continuamos el trabajo emprendido para hacer de la Iglesia un hogar más seguro. Más que nunca, las víctimas siguen siendo el centro de nuestra atención. Sus expectativas y demandas son legítimas y realmente escuchadas. Los acogemos como si vinieran del mismo Señor. Somos conscientes de que juntos podemos contribuir a una renovada fidelidad al Evangelio. Esta es nuestra decidida determinación. Esta es nuestra humilde oración”.

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