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La historia misionera del Cardenal Marengo en la tierra de Gengis Kan
(Vatican News).- Una llegada de puntillas, a los 27 años, un julio de principios de los años 2000. Las azafatas que hablaban mongol en el avión que despegaba de Seúl rumbo a la tierra de Gengis Kan le hicieron decir a él y al grupo de misioneros que estaban a punto de iniciar aquella aventura "quién sabe si algún día también nosotros seremos capaces de aprender esta lengua".
Muchos años después, esa esperanza es la realidad que se mide en una pequeña y dinámica comunidad eclesial de 1.500 bautizados, con una inculturación que se ha producido plenamente en un tejido social dotado de una propensión al "dato espiritual", a leer la vida con ojos que van más allá de lo cotidiano para interrogarse sobre el "aspecto profundo de las cosas".
Con su voz serena el cardenal Giorgio Marengo es el protagonista del segundo vídeo reportaje realizado para la Agencia Fides por Teresa Tseng Kuang yi en vista del viaje del Papa Francisco a Mongolia del 1 al 4 de septiembre. Como en el primer vídeo con el del cardenal Sepe, en este segundo episodio la entrevista con el prefecto apostólico de Ulanbaataf se alterna con imágenes de las inmensas extensiones de tierra mongola. El cardenal Marengo recuerda la primera misa celebrada en un Ger, la tradicional tienda local, y en un momento dado subraya una diferencia entre la cultura de la que procede y aquella en la que está arraigado, para la que -dice- al ser "nómada" y no sedentaria, todo debe ser "transportable, ligero, provisional a diferencia del sedentarismo de la cultura occidental".
Y sin embargo, prosigue, esto no condiciona las almas abiertas a la trascendencia, como demuestra la vitalidad de una pequeña comunidad que, a través de la inclusión del cardenal en el Colegio Cardenalicio, le permite "ofrecer a la Iglesia universal lo que puede tener la experiencia de una Iglesia misionera tan pequeña y nueva".
Al fin y al cabo, reflexiona el cardenal Marengo, la naturaleza misma de la Iglesia es ser "peregrina" y, por tanto, "nómada, como el pueblo de Mongolia con sus tiendas, siempre en camino hacia el cumplimiento de los tiempos".
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