(Vatican News).- Fátima, Lourdes, Lujian, Bujumbura, Zarvanytsia, Loreto. Desde estos y otros lugares marianos del mundo, se han elevado súplicas a María desde santuarios de Argentina, Francia, Japón y otros países.
Todas las miradas se volvieron hacia la Virgen para pedir a la Madre de Jesús que enjugue las lágrimas y las heridas en Rusia y Ucrania. Una oración coral que desde la Basílica de San Pedro, donde el Papa Francisco presidió el acto de consagración al Corazón Inmaculado de María, resonó en todo el mundo.
“Madre de Dios y nuestra, solemnemente nos encomendamos y consagramos a tu Corazón Inmaculado a nosotros mismos, a la Iglesia y a la humanidad entera, de manera especial a Rusia y a Ucrania... Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos a perdonar”.