Exigen que se deje de suministrar, "sin excepciones", armas de guerra a terceros países Las iglesias alemanas exigen al Gobierno una política de exportación de armas restrictiva y 'creíble'

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Critican el contradictirio comercio de armas en Alemania, marcado por una brecha entre una retórica restrictiva y una práctica de todo menos restrictiva. Práctica que consideran decepcionante y en contra de sus principios

Karl Jüsten, presidente católico de la GKKE, puso como ejemplo el suministro de armas a numerosos países, como Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Turquía, que, recordó, apoyan a las diferentes partes en conflicto en Libia

La GKKE reitera su exigencia de una ley de control de exportaciones de armas que contribuya de manera decisiva a la mejora de los marcos legales y garantice una mayor transparencia

Simone Wisotzki Calificó de problemático el elevado porcentaje de exportaciones a terceros países, cuyo número récord de autorizaciones indica que que las exportaciones a terceros países se han convertido en 'norma'

Las Iglesias católica y protestante de Alemania reiteraron hoy su exigencia al Gobierno alemán de una política de exportación de armas "creíble, coherente y restrictiva" y poner fin al suministro de armas ligeras y de pequeño calibre y de munición a terceros países.

Durante la presentación en Berlín de su informe anual, el presidente católico de la conferencia Conjunta de Iglesia y Desarrollo (GKKE), Karl Jüsten, calificó de "decepcionante" y "alarmante" la imagen que ofrece el Gobierno alemán en lo que respecta al cumplimiento de sus propios principios políticos en materia de exportación de armas.

El año pasado las iglesias celebraron en su informe "algunos avances" y el compromiso por parte del gobierno de "continuar por la senda de una política restrictiva de control de exportación de armamento", al tiempo que lamentaron la ausencia de un "endurecimiento sustancial" de la misma.

Este año ha estado marcado, no obstante, por "una creciente brecha entre una retórica restrictiva y una práctica de todo menos restrictiva", criticó.

Dudas sobre la voluntad del Gobierno

"Lo que observamos actualmente plantea serias dudas sobre la voluntad política del gobierno en cuanto a perseguir una política responsable de exportación de armas", agregó, y puso como ejemplo el suministro de armas a numerosos países, como Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Turquía, que, recordó, apoyan a las diferentes partes en conflicto en Libia.

Criticó que "incluso la participación directa de estados receptores de exportaciones de armamento alemanas en combates y guerras no tiene como consecuencia la suspensión de todas las autorizaciones y exportaciones".

En ese sentido, la GKKE reitera su exigencia de una ley de control de exportaciones de armas que contribuya de manera decisiva a la mejora de los marcos legales y garantice una mayor transparencia acerca de qué y a quién se va a exportar.

Agregó que la exportación a terceros países deberían tener un carácter "totalmente excepcional" y requerir de justificación ante el Parlamento alemán, al tiempo que debería ponerse fin al suministro a los estados que no pertenecen ni a la Unión Europea (UE) ni a la OTAN, de armas ligeras y de pequeño calibre, así como de munición.

En tanto, el presidente protestante de la GKKE, Martin Dutzmann, se refirió al Fondo Europeo de Apoyo a la Paz al subrayar la necesidad de garantizar que en el marco de las medidas para equipar a policía y fuerzas de seguridad de terceros países, las armas suministradas por la UE no sean utilizadas contra la población local.

Por lo tanto, las decisiones relativas a ayudas procedentes de este fondo "deben tomarse necesariamente de manera transparente y pasar un amplio control por parte del Parlamento Europeo", exigió.

La presidenta del grupo de expertos de la GKKE, Simone Wisotzki, destacó por su parte que en 2019, el Gobierno alemán expidió 11.479 autorizaciones individuales para la exportación de armamento por valor de 8.020 millones de euros, unos 3.200 millones o un 66 % más que en 2018, y un nuevo récord que supera el de 7.860 millones en 2015.

Calificó de problemático el elevado porcentaje de exportaciones a terceros países, cuya autorización aumentó en 2019 en casi mil millones de euros respecto a 2018 hasta los 3.530 millones de euros.

"Esto subraya una vez más que las exportaciones a terceros países se han convertido en norma", criticó Wisotzki, que participó de modo virtual.

Subrayó la exigencia de la GKKE de que el gobierno cumpla sus principios y deje de suministrar, "sin excepciones", armas de guerra a terceros países, "salvo si puede, en algunos casos individuales, ofrecer realmente una justificación plausible en materia de política exteriores y de seguridad".

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