Según el mito local, a los 21 años Jesús buscó iluminación en el país nipón La inverosímil, pero fascinante leyenda de la 'Tumba de Cristo' de Japón

Cartel indicador del lugar de la tumba
Cartel indicador del lugar de la tumba Wikipedia

La historia de Shingō, poco conocida, es un ejemplo excelente del enfoque sincrético de la religión en Japón, pero ofrece una narrativa que diverge notablemente de los relatos canónicos de la vida y muerte de Jesucristo 

Un elemento central de esta narrativa es la leyenda de los "años perdidos" de Cristo, un período notoriamente ausente en el Nuevo Testamento … Japón es famoso por integrar perfectamente influencias extranjeras en su tejido cultural único

Según el mito local, estos años no transcurrieron en la oscuridad del Medio Oriente sino en un lugar mucho más inesperado, Japón, adonde Jesús llegó en busca de iluminación teológica, para regresar a Judea 12 años después

La manifestación física de esta leyenda es un túmulo de tierra en Shingō, que se dice que es el lugar de descanso final de Cristo, que no murió crucificado, por cierto, sino tranquilamente, de anciano, a los 106 años

(UCA News).- En la fría pero plácida prefectura norte de Aomori se encuentra el encantador pueblo de Shingō, un lugar impregnado de un misterio tan profundo como intrigante. Este pueblo alberga una atracción que se encuentra en la encrucijada del folclore y la religión, la historia y la fantasía: la supuesta "Tumba de Cristo".

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Esta afirmación, que se llamó la atención del público por primera vez en 1935, desde entonces se ha entretejido en el tejido del folclore del pueblo, ofreciendo una narrativa que diverge notablemente de los relatos canónicos de la vida y muerte de Jesucristo.

Tumba de Cristo en Japón

Un elemento central de esta narrativa es la leyenda de los "años perdidos" de Cristo, un período notoriamente ausente en el Nuevo Testamento.

Según el mito local, estos años no transcurrieron en la oscuridad del Medio Oriente sino en un lugar mucho más inesperado: Japón. Se cree que a los 21 años, como muchos otros misioneros que vendrían, Jesús se embarcó en un viaje a Japón en busca de iluminación teológica, para regresar a Judea 12 años después.

El giro de la historia viene con su supuesta crucifixión, donde, según cuenta la historia, escapa de la muerte sustituyendo a su hermano, Isukiri. Este acto de subterfugio lo llevó de regreso a la tranquilidad de Shingō, donde supuestamente vivió una larga vida como cultivador de ajos, llegando a los 106 años.

La manifestación física de esta leyenda es un túmulo de tierra en Shingō, que se dice que es el lugar de descanso final de Cristo. Desenterrado en la década de 1930 por un pintor y líder de una secta, este lugar, a pesar de sus fundamentos mitológicos, se ha convertido en una atracción turística y de interés para los peregrinos.

"No existe ninguna corroboración histórica o arqueológica para la afirmación de que Jesús vivió o fue enterrado en Japón"

Anualmente, el pueblo, que curiosamente solo tiene un residente cristiano, realiza rituales en este montículo, resaltando su importancia en la vida cultural y espiritual de la comunidad. A este enigma se añaden capas adicionales de ciertas costumbres únicas observadas históricamente en Shingō.

Algunos citan las túnicas parecidas a togas y las marcas de los recién nacidos con cruces de carbón como restos de la supuesta escala de Jesús en la aldea.

Sin embargo, a pesar de estas intrigantes prácticas, no existe ninguna corroboración histórica o arqueológica de la afirmación de que Jesús vivió o fue enterrado en Japón. El consenso académico y teológico predominante continúa situando la vida y la muerte de Jesús firmemente dentro de los límites de lo que hoy es el Israel moderno.

Esta historia de la 'Tumba de Cristo' de Shingō, aunque aparentemente inverosímil, ofrece una visión fascinante de cómo el folclore y las narrativas comunitarias pueden entrelazarse, dando lugar a fenómenos culturales únicos.

"Un testimonio de la capacidad del pueblo para integrar y celebrar una mezcla de folclore, simbolismo religioso y tradición comunitaria"

La historia, más que nada, es un testimonio de la capacidad del pueblo para integrar y celebrar una mezcla de folclore, simbolismo religioso y tradición comunitaria. Es menos una afirmación de un hecho histórico y más un reflejo del rico tapiz de narraciones del pueblo, que continúa atrayendo a curiosos y contemplativos por igual.

Esta historia es también un ejemplo fascinante del enfoque sincrético de la religión en Japón, un concepto en el que múltiples sistemas de creencias coexisten y se entremezclan armoniosamente. Este enfoque está profundamente arraigado en la cultura japonesa y es principalmente evidente en la relación entre el sintoísmo y el budismo, las principales religiones del país.

"La historia de Cristo en Japón no pretende redefinir las creencias religiosas"

Tumba de Cristo en Shingō

En lugar de competir, estas religiones a menudo se complementan y enriquecen entre sí, y muchos japoneses observan prácticas de ambas religiones. Esta mezcla es indicativa de una apertura cultural más amplia en Japón a diferentes ideas y narrativas religiosas.

No se trata de la adopción literal de las creencias cristianas sino más bien de una apreciación e incorporación de sus elementos al medio espiritual y cultural existente.

Japón es famoso por integrar perfectamente influencias extranjeras en su tejido cultural único. La moda occidental, por ejemplo, se ha transformado en distintos estilos japoneses como Harajuku, que influyen en las tendencias de la moda mundial. El curry indio evolucionó hasta convertirse en el kare raisu más suave de Japón, un plato nacional muy apreciado.

La Navidad, aunque no es una festividad religiosa en Japón, se celebra de manera única, con tradiciones como comer pollo KFC. La adopción del jazz por parte de Japón condujo al desarrollo de una escena de jazz japonesa distintiva. Probablemente la más famosa sea la adaptación del país de la animación y los cómics occidentales que dieron lugar al anime y manga mundialmente populares. Y la lista podría seguir.

La historia de Cristo en Japón no pretende redefinir las creencias religiosas, sino que ilustra la fluidez con la que la cultura japonesa puede asimilar y reinterpretar diversos conceptos religiosos, haciéndolos parte de un tapiz espiritual local único.

*Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente la posición editorial oficial de UCA News.

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