Muestra a los cristianos arrodillados con una gran estatua de Cristo detrás de ellos Un monumento por los 21 mártires coptos decapitados en Libia

La escultura recién inaugurada, un homenaje a los mártires
La escultura recién inaugurada, un homenaje a los mártires

La representación, inaugurada el 15 de febrero por la Iglesia Ortodoxa Copta Egipcia, se levanta en el pequeño pueblo de Al Our, de donde provenían la mayoría de las víctimas

En el quinto aniversario de la masacre de los fieles cristianos coptos -20 egipcios y un ghanés- asesinados por militantes del Estado Islámico en una playa de Sirte porque se negaron a negar su fe

(Asia News).- Una gran estatua de Cristo envolviendo a los 21 mártires cristianos decapitados en Libia en un amoroso abrazo. Es el monumento inaugurado el 15 de febrero por la Iglesia Ortodoxa Copta Egipcia, en el quinto aniversario de la masacre de los fieles cristianos coptos -20 egipcios y un ghanés- asesinados por militantes del Estado Islámico en una playa de Sirte porque se negaron a negar su fe.

El monumento retrata a los cristianos arrodillados, por orden de los terroristas del Califato, que luego los decapitaron y arrojaron los cuerpos a una fosa común. La representación artística representa a Jesucristo, en cuyo nombre sacrificaron sus vidas, mientras extiende sus brazos en un gesto simbólico de salvación eterna. 

El monumento tiene cuatro metros de altura y está situado en el pequeño pueblo de Al Our, en la provincia de Minya, de donde procedían la mayoría de los muertos. Aquí también se encuentra la Catedral de los Mártires de la Fe y de la Patria, inaugurada el 15 de febrero de 2018 en honor a las víctimas. La iglesia fue construida enteramente con fondos del gobierno egipcio.

Junto con el monumento, Mons. H. G. Bevnotious, obispo de Samalut, abrió el primer museo dedicado a los mártires, que conserva pruebas inéditas de la vida de los cristianos, desde el momento de su secuestro hasta la devolución a Egipto de los cadáveres, encontrados dos años después de la masacre.

Junto con el monumento, Mons. H. G. Bevnotious, obispo de Samalut, abrió el primer museo dedicado a los mártires

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