Los movimientos de derecha se sirven de la religión como herramienta política
Según la socióloga Kristina Stoeckl
"Es el objetivo de la América MAGA de Trump, la Rusia de Putin, la Hungría de Viktor Orbán y las campañas políticas de muchos partidos de derecha en Europa"
Una advertencia desde Salzburgo: la socióloga de la religión Kristina Stoeckl ve la religión como una herramienta que usan agrupaciones políticas de derecha. Sin embargo, éstas no deben equipararse con las iglesias. Pero ¿qué objetivos persiguen estos grupos?
La religión, según Kristina Stoeckl, es para los grupos cristiano-derechistas un «instrumento» y un «motor» para revertir el orden de posguerra. El jueves 11 de diciembre, en la Universidad de Salzburgo, afirmó que precisamente ése es el objetivo de «la América MAGA de Trump, la Rusia de Putin, la Hungría de Viktor Orbán y las campañas políticas de muchos partidos de derecha en Europa».
Los representantes de la derecha cristiana no deben, sin embargo, ser equiparados con las iglesias, enfatizó la estudiosa, que ejerce la docencia en Roma. Más bien, constituyen minorías dentro de las iglesias y cuestionan a las comunidades de fe por ser supuestamente demasiado liberales o conscientemente se demarcan de las jerarquías eclesiásticas.
La estudiosa advirtió que, a pesar de su papel minoritario, no debe subestimarse su influencia política: el antiliberalismo de la derecha cristiana conduce en la praxis política «de manera inmediata a un desmantelamiento de los derechos de las minorías, del pluralismo y a un ataque contra la arquitectura multinivel de legitimación política que ha caracterizado el orden de posguerra».
La derecha cristiana no se define sólo por contenidos, sino por la interacción de ideología, forma institucional y estrategia política. Ideológicamente, la corriente une posiciones conservadoras cristianas con elementos de cosmovisiones de extrema derecha. Rechaza el aborto y la autodeterminación sexual y reproductiva, se opone a los derechos de las minorías sexuales, prefiere modelos familiares patriarcales, se expresa de manera islamófoba y aspira a una nación definida cristianamente, afirma la socióloga de la religión.
Mainstream cristiano
Lo esencial es, por tanto, la forma institucional, no los contenidos, ya que muchos de éstos también están incluidos en el mainstream cristiano. Los actores cristiano-derechistas se manifiestan, por ejemplo, como partidos políticos, como políticos individuales, como redes de intelectuales o como grupos religiosos organizados en la sociedad civil.
La religión no sólo le sirve a la derecha cristiana como señal de identidad, sino como instrumento político para desplazar las reglas del juego democráticas, dijo Stoeckl. En ello, los actores cristiano-derechistas también utilizan formas de movilización que originalmente fueron desarrolladas por movimientos progresistas, como redes transnacionales, lobbying profesional, campañas públicas o demandas estratégicas ante tribunales nacionales e internacionales.
El debate público se reduce con frecuencia a conflictos globales de valores en torno a temas como el aborto o los derechos LGBTIQ+. La abreviatura inglesa LGBTIQ+ designa principalmente a personas no heterosexuales que se identifican, por ejemplo, como lesbianas, gays o queer. El resto de la doctrina social cristiana —como la lucha contra la pobreza o la hospitalidad— y la realidad social quedan excluidos, según Stoeckl. Para las iglesias cristianas, el compromiso de la derecha cristiana conlleva también «una peligrosa reducción de temas», advirtió la socióloga.