Rute Agulhas forma parte de la comisión antiabusos del patriarcado de Lisboa Una psicóloga liderará la nueva comisión de acompañamiento a las víctimas de abusos en la Iglesia portuguesa

Presentación del informe de abusos en la Iglesia portuguesa
Presentación del informe de abusos en la Iglesia portuguesa Foto: Agência ECCLESIA/PR

El grupo tomará el relevo del trabajo realizado durante el último año por una comisión independiente, también creada por la CEP, para investigar la pederastia en la Iglesia en Portugal

Tras la conclusión del trabajo de esta comisión, la CEP decidió crear un nuevo "grupo específico" para la "acogida y acompañamiento de las víctimas", que trabajaría en coordinación con el Equipo de Coordinación Nacional de las Comisiones Diocesanas de Protección de Menores y Adultos Vulnerables

La psicóloga Rute Agulhas liderará la nueva comisión creada por la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) para acompañar a las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia lusa, después de que expertos calculasen que hubo al menos 4.815 casos en el país desde 1950.

Este nuevo organismo y su proyecto serán analizados durante la asamblea plenaria que la CEP realiza la próxima semana en Fátima, informó hoy la entidad en un comunicado.

El grupo tomará el relevo del trabajo realizado durante el último año por una comisión independiente, también creada por la CEP, para investigar la pederastia en la Iglesia en Portugal.

Esta comisión, coordinada por el psiquiatra infantil Pedro Strecht, estima que el número mínimo de víctimas se sitúa en 4.815 y elaboró una lista de sacerdotes todavía en activo sobre los que recaían denuncias de abusos.

Tras la conclusión del trabajo de esta comisión, la CEP decidió crear un nuevo "grupo específico" para la "acogida y acompañamiento de las víctimas", que trabajaría en coordinación con el Equipo de Coordinación Nacional de las Comisiones Diocesanas de Protección de Menores y Adultos Vulnerables.

Agulhas forma parte de la Comisión de Protección de Menores y Adultos Vulnerables del Patriarcado de Lisboa.

Después de conocerse las conclusiones de la comisión independiente, la Iglesia lusa optó en un primer momento por dejar libertad a las diócesis para apartar a los sacerdotes sospechosos.

Las críticas no se hicieron esperar e incluso el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa -católico practicante-, mostró su "desilusión" por esta reacción y consideró que los sospechosos deberían ser suspendidos cautelarmente.

Tras ello, diferentes diócesis anunciaron que apartaban de sus funciones a los curas señalados, mientras se realizan las investigaciones. 

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