Taybeh, una Navidad entre la alegría y el temor a los colonos judíos
El único pueblo totalmente cristiano de la zona, el bíblico Efraín, donde Jesús encontró refugio, se prepara para celebrar el 25 de diciembre en un ambiente suspendido entre la alegría de la fiesta y el temor a nuevos ataques por parte de los colonos israelíes
(Vatican News).- A pocos días de la Navidad, las autoridades israelíes han anunciado la creación de 19 nuevos asentamientos en Cisjordania. Una medida presentada por el Gobierno de Israel para bloquear «la creación de un Estado palestino terrorista». En un contexto de intensificación de la colonización tras los atentados de Hamás del 7 de octubre de 2023, este anuncio eleva a 69 el número de colonias establecidas en los últimos tres años en Cisjordania.
En este clima de tensión, los cristianos palestinos se preparan para celebrar la Navidad. En Taybeh, el único pueblo íntegramente cristiano de Cisjordania, los ataques de los colonos son frecuentes. Cinco automóviles han sido incendiados en las últimas semanas, informa el padre Bashar Fawadleh, párroco latino del pueblo, y, sobre todo, el pasado mes de junio, un gran incendio devastó tierras agrícolas y ennegreció los muros que rodean las ruinas de la antigua iglesia greco-melquita, situada cerca del poblado. Los residentes denuncian la impunidad de los autores de estos actos, la lentitud de la intervención del ejército israelí, responsable de la seguridad en la zona, y la estrategia agresiva de los colonos.
Antigua iglesia greco-melquita en Taybeh, Cisjordania
Un método comprobado
Cada vez que se crea un nuevo asentamiento de colonos, el guion se repite siempre igual: tierras quemadas, la llegada de rebaños de vacas u ovejas, las primeras caravanas, los primeros bungalós, la bandera israelí izada en el centro y bien visible, y luego las primeras construcciones. Así es como, en pocos meses, surgen los nuevos asentamientos, a menudo en la cima de las colinas, antes de continuar su expansión en territorio palestino.
En Taybeh, los responsables cristianos han optado por no responder con violencia a las acciones intimidatorias. «Resistimos pacíficamente», afirma el archimandrita Jack Nobel, párroco de la parroquia greco-melquita de Taybeh. Hasta ahora, añade el padre Bashar, ningún habitante del pueblo ha resultado herido o muerto. En los pueblos circundantes, de mayoría musulmana, las acciones violentas han causado muertos y heridos. Por desgracia, todos temen que también pueda producirse una tragedia en Taybeh. Los responsables católicos y ortodoxos del pueblo, que mantienen buenas relaciones entre ellos, se esfuerzan por enseñar el principio de la no violencia incluso en sus escuelas.
Vista panorámica del pueblo
La Navidad es más fuerte que el miedo
A pesar de este contexto, prevalece la espera gozosa de la Navidad. En la misa del domingo 21 de diciembre, el párroco de la parroquia latina de Taybeh recibió la visita de una pequeña delegación francesa. Monseñor Hugues de Woillemont, director de L’Œuvre d’Orient, junto con el presidente de la asociación, Jean-Yves Tolot, y el padre Christophe Le Sourt, secretario general de la Conferencia Episcopal Francesa, decidieron llevar su apoyo a los cristianos de Taybeh y celebrar con ellos el nacimiento de Cristo. Junto con otras asociaciones, L’Œuvre d’Orient proporciona ayuda financiera a varios proyectos destinados a favorecer el mantenimiento de las comunidades cristianas locales, ya que, ante la falta de trabajo, de perspectivas de futuro y debido a la inseguridad permanente, la marcha de los cristianos representa un grave problema. En los últimos dos años, quince familias ya han abandonado Taybeh en busca de una vida mejor en el extranjero, lamenta el padre Fawadleh; otra familia, melquita, abandonará el pueblo antes de que termine el año. Poco a poco, la localidad palestina, que hoy cuenta con 1400 habitantes, se está despoblando.
Misa del domingo 21 de diciembre de 2025 en Taybeh, Cisjordania
El domingo 21 de diciembre por la mañana, un centenar de fieles participaron en la eucaristía en la iglesia latina del pueblo, decorada desde el comienzo del Adviento. Al pie del altar se encuentra un belén. En las ventanas de las casas, las luces invitan a compartir la alegría del momento y a olvidar, durante la Navidad, las amenazas que se ciernen sobre el futuro de los cristianos en Tierra Santa.