¿Quién cuida de nosotros?

¿Quién cuida de nosotros?
¿Quién cuida de nosotros?

               En estos días, nuestro país atraviesa un momento muy duro frente a la pandemia del Covid-19. En el día de ayer (23 de marzo) tuvimos más de 2700 casos y 19 muertes. Comparado con otras cifras parece muy poco, pero para un país de casi 3 millones de personas es mucho. País pequeño, dependiente de los dos gigantes que tenemos al lado: Brasil y Argentina. En este sentido siempre estuvimos pendientes de lo que pasaba a nuestros costados para ver cómo nos iba, ya que Uruguay vive del turismo y los vecinos vienen cada año a nuestras costas, a lo cual se le ha sumado este último año, la compra de propiedades para venir a vivir aquí.

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               Hasta enero de este año, todo lo horrible que atravesaron y siguen atravesando tantos países, para nosotros era algo lejano. Estábamos tranquilos en general, aún seguimos saliendo a veranear y pasear a las playas, algunos más imprudentes y de dinero, hicieron sus fiestas privadas, sabiendo que la sanción siempre es leve. Mientras muchos debimos quedarnos en casa para cuidarnos y cuidar a nuestras familias, vimos con molestia a nuestro presidente en uno de los balnearios más populares del este del país. El video, mostrando su torso trabajado y saludando a unas posibles “fans”, se hizo viral. Pero, ¡cómo no estar disfrutando de la fama tan bien ganada? Fuimos noticia mundial y nos convirtieron en país ejemplo del manejo de la pandemia. Nuestro presidente fue entrevistado y todos los vimos muy orgulloso de su accionar ante las preguntas de medios internacionales de “¿Cómo hizo para frenar la pandemia?”. Y su bandera que era la “libertad responsable” y las famosas “perillas”, no alcanzaron. Llegó el mes de marzo y la situación explotó.

               Trabajo en la educación media y cada día debo tomar entre 2 o 3 buses, los cuales van colmados de gente. Trabajo en dos instituciones y, por más que intente mantener la distancia con mis alumnos/as y compañeros/as de trabajo, ¿cómo mantener distancia con las personas que viajan conmigo? Buses repletos y sin una desinfección eficaz, son lugares donde la gran mayoría de la sociedad podemos contagiarnos. Pero todos lo niegan. Lo niega el gobierno, lo niega las autoridades departamentales, lo niegan los dueños de las empresas de transporte, lo niegan las autoridades de la Educación, que nunca cuenta con estos elementos, bajo la excusa de que en las instituciones educativas, el nivel de contagio es muy bajo. En el medio estamos todos los docentes que usamos el transporte público. La famosa “burbuja” que me invitan a mantener, es imposible. En un mismo día paso de una institución a otra, con dos buses en el medio. Es muy irónico.

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               Cuando un gobierno no se hace cargo es muy fácil culpar a diferentes sujetos sociales que, según lo que indique el gobierno, desobedece las normas. Es verdad que no podemos -y ya desde hace unos meses- juntarnos tanto. Pero como siempre nunca hay una lógica. Vimos videos de abusos policiales a jóvenes que estaban sentados en una plaza sin hacer nada, pero por otro lado, vemos fotos de miembro del gobierno –incluyendo al Presidente- comiendo en una ronda donde están sin distancia mínima y sin tapabocas.  Este fin de semana hubo una fiesta clandestina en Maldonado –departamento donde está el balneario top de Uruguay, sostenido sobre todo por capitales extranjeros-, donde se juntaron más de 500 personas para una fiesta. ¿Nadie se dio cuenta del tránsito que se movió hacia allí? No. Solo lo vieron a la madrugada. Pero como siempre, los medios manipulados culpan a cuerdas de tambores barriales, o los jóvenes en la rambla o, incluso, se apunta a la movilización de la marcha del 8 de marzo. Esto último no venía sonando en la redes, ya que el mismo gobierno ni siquiera puso fuerza policial para evitarlo, pero resulta que ya salieron muchos a señalar a la marcha por el “Día de la mujer” como un propagador del contagio actual.

               Quien lea este artículo irá sintiendo varias sensaciones internas: estoy contra el gobierno, estoy defendiendo las movilizaciones populares, o alguna otra idea le surgirá. Soy apenas un trabajador más de la educación, que hace su mayor esfuerzo de ayudar a sus alumnos/as a ser seres pensantes, que desarrollen el pensamiento crítico para que no sean manipulados. Lo hago saliendo de mi casa a las 6:00 y volviendo a las 17:00, para estudiar y capacitarme junto a la preparación de clases y corrección de trabajos. Busco por muchas formas, dar lo mejor de mí en la educación, desde la disciplina para la cual me preparé: la filosofía. Y sí, soy agradecido de tener trabajo en el ámbito privado, ya que en el ámbito público todo apunta a que no. La reducción de grupos, la disminución de horas de coordinación, han hecho que aún a esta altura, muchos compañeros y compañeras no tengan trabajo. Por eso, no hago más que analizar la realidad que me toca vivir y tratar de cuidarme ante la pandemia, porque sinceramente, este gobierno no me está cuidando.

La situación hoy está disparada: a la creciente de casos se suma la presencia de la variante P1 que llegó por la frontera con Brasil y que se detectó en varios departamentos. Hoy ya son 14826 infectados y tenemos unos 811 fallecidos. Son en este momento son las 20:53 hrs y todos los agentes de la Educación estamos aguardando la conferencia del presidente para escuchar de su boca las nuevas directivas. Muchos esperamos que vayamos a cuarentena por unas semanas, pero el presidente del CODICEN ya dijo que defenderá la presencialidad.

               Son casi las 21:00 hrs de la noche y docentes, maestros, directores y demás integrantes de la comunidad educativa, estamos esperando saber si mañana debemos ir a las instituciones o trabajar desde nuestra casa. Pero no solo ellos: madres, padres, abuelos y abuelas, quieren saber si mañana llevan a sus hijos a la escuela, o los acompañan a la parada del bus para ir a clase, o si deciden quedarse para cuidarse. Si, son casi las 21:00 hrs, hora de la cena para irse a dormir a tiempo. Junto con el cansancio del final del día, me inunda una profunda inseguridad. En esta situación, ¿qué es lo importante? ¿Yo, soy importante para este gobierno? Un país, un pueblo y mucha gente que está sufriendo, espera decisiones coherentes de nuestros gobernantes. Estamos esperando para saber si nos vamos a dormir con decisiones claras, o seguiremos en esta nube del no-saber; si debo quedarme mañana y trabajar en casa, o si debo ir a trabajar y seguir exponiéndome. Dije todo esto…sin comentar que desde diciembre no veo a mis padres, para cuidarlos. Pero, ¿quién me cuida a mí?  ¿Quién nos cuida a nosotros?

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