San Valentín 1. RAMÓN DE GARCIASOL Y SU MARIUCA

Nido de poesía: Nicolás de la Carrera
10 oct 2018 - 23:52
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Dentro de tres fechas celebraremos, por san Valentín, el Día de los enamorados. Como todas las fiestas tienen su octava, ¿por qué no dedicar unas entregas a presentar en Nido de Poesía entrañables poemas de parejas que viven su amor con alegría, entrega, trascendencia, fidelidad... Podrían ser útiles para la pastoral familiar y facilitarían sugerentes modelos de convivencia a matrimonios que acaso estén interesados en mejorar su relación.

Y como el espacio es limitado, iniciaremos ya el recital de hoy con versos del poeta guadalajareño Miguel Alonso Calvo, más conocido por el seudónimo de "Ramón de Garciasol" (1913-1994). Por desgracia, no se ha publicado una buena edición crítica de toda su lírica, que anda dispersa a lo ancho y largo de dos docenas de agotados poemarios. Si buscáis por internet versos de Garciasol, os encontraréis con que las contadas antologías que contienen alguno de sus poemas, ¡repiten los mismos doce o trece títulos, como si no hubiera otros!

Y no estamos hablando de un aficionado que en sus ratos libres jugaba con la rima y medía versos... Baste citar al prestigioso crítico Leopoldo de Luis cuando le definía como...

"el escritor más completo de nuestra generación: la primera de la postguerra. Admirable poeta, magnífico prosista, pensador, biógrafo y estudioso de Cervantes, de Rubén Darío, de Quevedo, de Unamuno… su andar y su camino fueron irrenunciables y sostenidos con vocación y seriedad..."

"TRAE A LA CEGUERA EL DIÁLOGO, TU MÚSICA"

Cuando sobrepasaba las treinta dioptrías de una miopía congénita (son característicos los gruesos cristales de sus gafas), se le presentó la oportunidad de ser operado por un buen cirujano. Mientras tanto, la mujer de su vida, a quien llevaba dedicando casi todos sus libros de versos, y cuyo nombre, Mariuca, elevó en 1977, a título de un nuevo poemario, le trae y le lleva como fiel lazarillo. Aunque es setiembre, ella le acerca perfume del campo. Menos la vista, todos los sentidos se alborotan. El ritmo de la escritura es entrecortado, tartamudo, por la inseguridad de quien no ve, por el terror a quedarse solo:

PERO A TU SOMBRA, AMOR

Rompe el tabique, trae a la ceguera

el diálogo, tu música. Me llenas

de otra luz esta carne donde penas,

recuerdos van. Tú sigue, compañera,

cogida de mi mano. Me redime

esta voz tan alzada de romero,

de campo con simienza y caminero

paso. Veo en tu verbo, creo. Dime

por qué ese olor –¿es mayo?–, cómo ha sido.

Habla o calla, mujer, pero a mi lado,

pero a tu sombra, amor, pero a tu oído,

pero a tus brazos. Habla o calla, esposa,

pero ahí. ¡No me sienta abandonado

sobre la Tierra inmensa, silenciosa!

Meses después, el 1 de febrero de 1961, es, al fin, operado con éxito. Y escribe, fuera de sí, un agradecido soneto a la fortuna de poder asomarse a la ventana de los ojos y contemplar las luces del mundo. Nuevo Adán, pone nombre a las cosas, las disfruta, las recrea interiormente. Lo que más le relaja: descubrir la sonrisa de la amada, húmeda como un arco iris:

MILAGRO

Abrir los ojos, ver, tan simplemente.

Amanecer a tu sonrisa, esposa,

al azul de febrero, a la gloriosa

nominación: el sol, mundo luciente,

el asa consonante de la mano,

el perfil para el tacto y la mejilla.

Abrir los ojos, ver, oh maravilla

desatendida -¡ver!-, oh cotidiano

presente de las cosas, milagroso

estar aquí y ahora. Tal un niño,

Adán mío, el primer día dichoso,

nombrar y ver: espejo, tus pendientes...

O pensar para adentro con cariño:

¡qué blanco es el cepillo de los dientes!

"SALE EL CORAZÓN EN RITMO POR LA BOCA"

Formando parte del libro "Fuente serena" (1965) estos apasionados versos evocan la anunciación del ángel a María (Mariuca en el poema). "Dios te salve", "Dios te guarde", "Reza por mí Mariuca" ("ruega por nosotros, pecadores...", que decimos en el Ave María). No me parece arriesgado sugerir que, cuando habla a Mariuca como madre, la identifica con su propia madre ya fallecida, y le pide volver a ser niño en sus brazos. Lo más llamativo sea, acaso, la rabia porque no puedan fundirse eternamente los cuerpos y las almas de los amantes.

CANCIONCILLA DE LA ESPOSA

EN EL DÍA DE LA MADRE

Mariuca, esposica, madre:

Dios te salve

en este día y siempre.

Dios te guarde,

y mi corazón de rabia y trigo

y sangre,

esta luz amorosa que en el filo

de las palabras arde.

¡Cuánta pasión, que sólo sabe

morder, callar, rugir,

ponerse grave

o niña, desesperarse

porque no puede saltar la carne

y fundirse contigo eternamente,

Mariuca, esposica, madre!

¡Que se calle

ese tener que ir a las cosas,

este dejarse

los ojos en las ideas,

el oleaje

que rompe contra las cuartillas!

¡Hoy es todo Mariuca, esposa, madre!

Reza por mí, Mariuca, esposa.

Yo te rezo a mi modo. Sale

el corazón en ritmo por la boca, me renace

tanto amor que no sé decirte,

y me resuena dentro en los panales

del sentimiento y en los huesos. Dame

la palabra sencilla, la sonrisa

ingenua de la infancia, madre,

Mariuca, esposica, amor.

Tú me salves.

SAN VALENTÍN,

PATRONO DE LOS ENAMORADOS

A lo largo de varias sesiones del mes de marzo hemos presentado veintitrés poemas de amor para celebrar la festividad de san Valentín. Pulsa cualquiera de los títulos y entrarás en la página:

1. RAMÓN DE GARCIASOL Y SU MARIUCA

PERO A TU SOMBRA, AMOR, de R. de Garciasol

MILAGRO, de R. de Garciasol

CANCIONCILLA DE LA ESPOSA EN EL DÍA DE LA MADRE, de Ramón de Garciasol

2. HOY HABLAMOS DEL CANTAR DE LOS CANTARES

EL BUEN DÍA, de Juana de Ibarbourou

MÚSICA TUYA, de Blas de Otero

AÚN QUEDA EL SOL, de Antonio Gala

CUERPO DE LA AMANTE, de Jorge Carrera Andrade

3. HOY DE NUEVO HABLAMOS DEL CANTAR

TU CUERPO ES UN JARDÍN, de Jorge Carrera

POESÍA COMPROMETIDA, de Enrique García–Máiquez

CANCIÓN DE RONDA, de Fernando Fortún

PIES HERMOSOS, de Mario Benedetti

LA INVITACIÓN, de Juana de Ibarbourou

RAÍZ SALVAJE, de Juana de Ibarbourou

4. ALGUIEN ACARICIA MI VIDA CON TUS MANOS

¡CON QUÉ TINTE...!, de Juana Castro

EN MI MANO TU MANO, de Miguel de Unamuno

ESTOY MIRANDO TUS MANOS, de José Bergamín

ESPOSA, de Miguel d’Ors

5. ¿HABLAMOS DE SEXO Y DIOS? ¿Y POR QUÉ NO?

MI CAMA ES DE MADERA, de Jaime Sabines

ADORACIÓN, deManuel Magallanes

MOMENTO, de Carlos Murciano

6. ¿OYES LATIR MI CORAZÓN EN OTRO?

ORACIÓN DEL ESPOSO, de Juan Ruiz Peña

EL PAN DE CADA DÍA, de Ángel Urrutia

BODEGÓN, de Vicente Valero

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