El salón de actos de Molinuevo, uno de los siete centros que componen el Proyecto educativo Egibide, expertos ligados al mundo de la empresa han analizado, desde una  visión cristiana, el papel que las empresas desempeñan en la sociedad en la actualidad. Bajo el  título ‘Transformar la empresa para transformar la sociedad’, la Fundación Cristiana  Arizmendiarrieta Kristau Fundazioa y Cáritas de Vitoria han organizado esta iniciativa  con motivo del 45 aniversario del fallecimiento –el 29 de noviembre de 1976– del  sacerdote Jose María Arizmendiarrieta.

Bajo la visión cristiana del mundo de la empresa, esta Fundación quiere conmemorar  esta efeméride y dar a conocer más la figura de este cura rural, y lo hace a través de una mesa redonda  con expertos donde se analice el papel de la empresa en la sociedad y su futuro,  especialmente en este momento de enorme incertidumbre a nivel global. En la mesa han participado:  Tomás Arrieta, presidente del Consejo de Relaciones Laborales de Euskadi, Josu  Etxebarria, expresidente de RPK Group, Aner Garmendia, director general de EGA Master  e Ignacio Eguizabal, director general de los colegios diocesanos Egibide. Estos expertos han hablado de empresa inclusiva, de cooperación empresarial, de colaboración público-privada y, de la espiritualidad, pensamiento y valores del padre  Arizmendiarrieta, todo acerca de la problemática empresarial y social llevada a nuestros días  y de cómo superarlos. 

Así Tomás Arrieta destacó de Arizmendiarrieta que "era un hombre que creía en las personas, de verdad"; otro atributo que destaca de este sacerdote es "la idea que tenía de formar a las personas para transformar la sociedad".  Desde un planteamiento teórico Arrieta valora como clave en la construcción social de las empresas "la cohesión social como marco necesario". Arrieta desarrolló el paradigma de los dos bloques que conforman el mundo empresarial, empresariado y trabajadores, quienes aun teniendo intereses diferentes, aparentemente contrapuestos, es precisamente un modelo colaborativo, participativo el camino del desarrollo. "No tenemos intereses enfrentados, sino comunes, y en su correcta gestión está la clave".  Graficamente lo expresó con las imágenes de la trainera y la sokatira, aunque concluyó que ambos modelos son compatibles.

Los otros participantes asumieron el reto de dar respuesta a cuestiones como si "los valores siguen siendo una referencia en el mundo empresarial". "Las personas son más importantes que los clientes" esta es una máxima para muchos grandes proyectos empresariales. El primer reto del cooperativismo es ser realmente cooperativas. 

Ignacio Eguizabal, director de Egibide cerró las participaciones enlazando la labor de este proyecto educativo con la filosofía y el proyecto de Arizmendiarrieta.

José María Arizmenidarrieta es natural de la localidad vizcaína de Iturbe, se formó en el Seminario de  Vitoria y fue ordenado en 1940, por el entonces Administrador Apostólico de la Diócesis de Vitoria  Monseñor Francisco Javier Lauzurica. Este sacerdote es considerado el padre del cooperativismo  vasco. Tras la Guerra Civil, fue destinado a Mondragón. Fué testigo directo de las  consecuencias de la contienda en esta ciudad y, con el hambre y el enorme desempleo  que existía, comenzó a diseñar una estrategia de desarrollo económico  para dar solución a esa realidad. De esta manera comenzó a organizar un modelo  empresarial a base de cooperativas. Fundó la Universidad de Mondragón, la empresa  Fagor y la Caja Laboral. Con este entramado nació la Cooperativa Mondragón, siendo hoy el primer grupo empresarial vasco y segundo de España, extendido por  todo el mundo y basado en la economía social. 

Entre los asistentes se encontraba la directora de Cáritas Vitoria, Maite Sebal

En este simposio se ha recordado a quien iba también a participar en la mesa,  la Teniente de Diputado General de Álava,  Pilar Garcia de Salazar, en calidad de Diputada Foral de Desarrollo Económico pero, tal y  como se dio a conocer la pasada semana, por motivos de salud ha decidido reducir al  máximo su presencia pública. Tampoco pudo acudir para la clausura Juan Manuel Sinde, presidente de la Fundación Cristiana Arizmendiarrieta Kristau Fudazioa.

Non solum sed etiam 

Uno de los asistentes al acto me comentaba sus dudas respecto de si Arizmendiarrieta sería capaz de poner en marcha lo que hizo hace más de seis décadas, pues la conciencia social y valores como el esfuerzo no están presentes en la sociedad actual. Ahí sería donde entraría de lleno la labor de Egibide. Conozco este proyecto desde su génesis y quizá se pueda decir que Egibide esté llamado a ser los nuevos Arizmendiarrietas para el siglo XXI.