En el marco de la celebración el pasado día 24 de septiembre de la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado la delegación de migración de la Diócesis de Vitoria, con la colaboración de la delegación de misiones, organizaron una mesa redonda para conocer de boca de los propios africanos los cambios que está sufriendo este Continente.

El delegado de migración, Luis Fernando Corcuera, enmarcó en la jornada y en el inicio de las sesiones del Sínodo en Roma esta mesa redonda que daba la palabra a los propios africanos representados en los tres sacerdotes que intervinieron: el camerunés Cyprien Melibi, que se encuentra realizando su tesis doctoral en Vitoria sobre el teólogo africano Jean Marc Elá y que acaba de ser destinado por el obispo, monseñor Elizalde, a la localidad de Laguardia en la rioja alavesa; el, también camerunés Paul Owona De Fouda, perteneciente a la orden de los palotinos y que fue enviado a España como misionero y atiende pastoralmente la localidad vizcaína de Santurtzi; y el sacerdote Jorge Assanamou N’dargué, natural del Chad, que procedente de la diócesis de Laï, se encuentra estudiando en Vitoria y está destinado pastoralmente en las zonas de Urkabustaiz y Kuartango. 

El acto se inició con una oración compuesta por otro sacerdote africano, de Guinea Bissau, el P. François que lleva ya 20 años en la diócesis de Vitoria. 

En la mesa redonda se les plantearon las siguientes cuestiones: 

La sucesión de golpes de estado en varios países africanos está dejando ver un descontento de la población por los poderes establecidos. Se da la circunstancia de que la mayoría de estos países en conflicto son francófonos, antiguas colonias francesas que desde su independencia padecen el abuso del gobierno francés que este  impuso a través de unas cláusulas que han permitido al gobierno de Francia aprovecharse y nutrirse económicamente de sus antiguas colonias. Pero ahora estos países han dicho “¡basta ya!” de paternalismos y abusos llegando incluso a la expulsión de embajadores de Francia. 

Eso justifica que los levantamientos militares sean bien acogidos por el pueblo africano y que la francofobia se vaya extendiendo. 

Francia está comenzando a tener serios problemas con sus antiguas colonias y cada vez le resulta más difícil mantener los privilegios  que estableció unilateralmente tras la independencia de esos países. 

En la mesa se denunció que Europa ha tenido tres formas de relacionarse con África: “apropiarse de África; debilitar a África; y aterrorizar a África.”

Por otro lado se les preguntó respecto de la presencia de Rusia y China en África, quienes con su intervención están siendo acogidos como “amigos” y no como los nuevos colonizadores a pesar de que, por ejemplo China, se está haciendo con la propiedad de grandes extensiones de terreno además de implantar empresas en África. Y es precisamente ese modus operandi que resulta “no invasivo” para el pueblo Africano el que está permitiendo que a estos dos países se les vea como colaboradores de un despegue económico más que como colonizadores. 

Si bien, hasta recientes generaciones el africano ha mantenido vivo el síndrome del esclavo, las nuevas generaciones quieren desprenderse de esta rémora del pasado. Ese cambio importante de mentalidad es el que está generando estas revoluciones y también donde radica una explicación en parte de la migración de muchos africanos que no quieren que sus hijos padezcan la misma situación que ellos viven. 

Según estos tres sacerdotes la Iglesia en África está cumpliendo su papel de velar por la justicia y el derecho de las personas y, en muchos casos, son foco de denuncia de las injusticias y así se lo recuerdan a los que ostentan el poder. No obstante ello no impide que en algunos países la Iglesia siga ligada al poder y siendo incluso cómplice de algunas dictaduras. Pero los africanos confían en la institución Iglesia, en los sacerdotes, quienes a veces lo son todo en sus poblados y comunidades. Acuden a los sacerdotes antes que al juez. 

Si la migración tuviese categorías, la que procede de África estaría al final de la lista. La migración del otro lado del charco llega por los aeropuertos y de manera más o menos legal, aunque luego, una vez en Europa, las mafias de trata de personas que les han facilitado la llegada los encauzan en las redes de prostitución y delincuencia; Lo mismo podemos decir de la migración procedente de países del Este; pero la migración subsahariana esa llega, cuando consigue llegar, a traves de las costas. Las cifras de muertos en nuestros mares son escalofriantes: en lo que va de 2023 más de 500 personas ahogadas, solo en la ruta central de llegada de migrantes; 2400 personas ahogadas en el 2022; más de 27 mil desde 2014

¿Qué hace al africano ser un migrante de última categoría?  En opinión de los participantes en la mesa lo primero que habría que cambiar es la adjudicación del término migrante solo al que hace el viaje a Europa desde África y no al que viaja a África a veces por idénticos motivos. Como ya se ha dicho antes el deseo de los africanos de que sus hijos no vivan sus mismas penurias es una de las causas de la migración masiva buscando nuevas tierras y nuevas oportunidades. 

África está moviéndose, África está cambiando, África sigue generando migración en masa ¿Y a nosotros qué? Partiendo del título que se había buscado para la mesa redonda los ponentes reconocieron que si bien la experiencia personal de acogida es en general buena también han vivido y conocen experiencias de rechazo. Ponían el foco en la acogida y señalaban que el africano que no se siente acogido es más proclive a encerrarse en sí mismo y replegarse en sus costumbres y tradiciones, lo que le impide la integración efectiva. 

Al final intervinieron algunos asistentes del público y se puso en evidencia cómo esas diferencias culturales crean a veces abismos ideológicos. Por ejemplo durante la exposición se habló de la defensa de la familia “tradicional” entendida como la compuesta por un padre, una madre y unos hijos, y que hoy los sacerdotes africanos defienden de forma vehemente.  Una defensa que ellos sustentan en los principios que los misioneros llevaron a sus tierras. Pero hoy la sociedad occidental y algunos sectores de la Iglesia que desde una lectura del evangelio en clave de misericordia se abren a la acogida de las nuevas realidades familiares, la visión del mundo de la familia es mucho más amplia que la de esa “familia tradicional”. Por otro lado, y a los ojos de un occidental, resulta paradójica esa defensa a ultranza de un modelo de familia en personas que vienen de realidades familiares de poligamia o de realidades sangrantes que se producen en sus países como el de mujeres repudiadas, acusadas de brujería, condena del homosexualismo, ….

Otra discrepancia se expresó en ver a Rusia y a China como aliados del progreso africano, al menos desde occidente se entiende que la actitud de estos dos grandes responde más a una estrategia de astucia que a una sana política de crecimiento económico para África y que pueden estar siendo utilizados como antes lo hicieron los colonizadores, aunque los modos de hacerlo sean más sibilinos. 

El acto concluyó con el rezo de una oración a Nuestra Señora de África en la voz de Cristina Pardo.

Non solum sed etiam

La presencia de sacerdotes africanos en Vitoria se ha visto incrementada en los últimos años y son más de 20 los que se encuentran entre nosotros, formándose y colaborando en la pastoral diocesana. El dominio escaso del idioma y, sobre todo la mentalidad eclesial y sobre algunos temas en concreto están dejando ver desencuentros con las comunidades cristianas locales. Eso me ha llevado a respaldar y colaborar en la organización de conferencias y mesas redondas donde se les dé la palabra a ellos, en primer lugar. Pero también poder establecer foros en los que ellos nos escuchen a nosotros. Porque, sin negar que religiosamente nuestras tierras están necesitadas de una renovación espiritual, de un primer anuncio seguramente,  sin negarles su derecho a sentirse misioneros enviados por sus congregaciones o movimientos, quizá sea bueno no cometer los mismos errores que en su día pudimos cometer nosotros cuando fuimos a evangelizarlos.  Por eso creo y seguiré respaldando y colaborando en estos actos que nos permitan conocer un poco mejor al continente Africano y a los africanos que llegan desde él, bien como enviados o como migrantes buscando una vida mejor entre nosotros; pero también ellos tendrán que saber que llegan a una tierra con identidad propia, con sus usos y costumbres y con un camino también como Iglesia.

Por otro lado, la comunidad africana migrante también está creciendo cada día con la llegada de nuevos miembros. Y estas personas, en su mayoría viven replegadas en sus círculos africanos dejando en evidencia una falta real de integración.