Patrimonio religioso: Un buen Legado cuando el tiempo ha pasado.

El retrato del obispo Eguino y Trecu, del pintor Adolfo León, y la acuarela titulada “entre las ruinas de la Catedral y con el rostro desolado” de José Manuel Riancho son las últimas adquisiciones del más reciente patrimonio artístico de la Diócesis de Santander.
Una gran parte del patrimonio artístico de la Iglesia procede de la donación de quienes han adquirido las obras previamente, de mecenazgos o incluso de los propios artistas que ceden en depósito o en propiedad sus obras a la Iglesia.

Este es el caso de las últimas incorporaciones de obras de arte que ha tenido la Diócesis de Santander, que abarca la provincia de Cantabria y el Valle de Mena (Burgos). Los últimos artistas han sido Adolfo León y José Manuel Riancho, que repiten gesto ya que en el año 2009 entregaron 5 obras más, las pinturas entregadas en esa ocasión plasman, en imágenes, tres momentos claves de la historia reciente de la catedral santanderina: el templo y su entorno antes del incendio de 1941; su aspecto derruido inmediatamente después del siniestro y, por último, cómo luce actualmente el templo visto en perspectiva desde el estanque de la plaza de Atarazanas.


En aquella ocasión los artistas se expresaron en los siguientes términos: “justificamos la donación porque somos católicos y ésta es una manera personal de colaborar con la Iglesia a través de aquello que sabemos hacer, que es pintar”.En el acto de recepción de los cuadros, el obispo de Santander, monseñor Vicente Jiménez recordó que “la Iglesia siempre ha sido impulsora del arte, porque, a través de la belleza, se puede acceder a Dios”. “Siempre ha promovido el diálogo entre la fe y la cultura, porque en el arte se expresa la belleza de Dios”.

Otro artista de renombre es José Ramón Sánchez, de quien la diócesis tiene un extenso inventario de obras donadas y obras adquiridas a las que se podrían añadir algunas otras obras de temática religiosa realizadas por encargo para instituciones públicas o privadas como la del retablo de la capilla de la residencia de ancianos San José en Torrelavega; Gran parte de su obra donada se encuentra en el Seminario Diocesano de Corbán y parte en el Monasterio del Soto, en el que se albergan también cuadros de una colección de recreación de obras clásicas de la pintura pero adaptadas a pasajes bíblicos.
Esta es la relación de obras de este autor: Un tríptico de olio sobre lienzo, tamaño 600 x 200 titulado Los primeros discípulos, se encuentra en el Aula Magna del Seminario de Corbán; en el comedor del Seminario cuelgan 4 lienzos con escenas de la vida de Jesús y María; en la zona habilitada como residencia sacerdotal 19 lienzos más fueron donados por el autor y contienen escenas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento (las Plagas de Egipto, el sacrificio de Isaac, Judith, Jonás, Las cartas de San Pablo, Las Bienaventuranzas o la escena de la mujer adúltera entre otros); en la parroquia de San José Obrero se encuentra un lienzo de 160x160 con el tema de “La Huída a Egipto”; en la parroquia de Santa Sofía hay tres obras más de José Ramón Sánchez; en la capilla del Santísimo de la Catedral un acrílico sobre tabla que representa a los discípulos de Emaús; en el monasterio de Soto Iruz hay un óleo sobre lienzo inspirado en la última Cena y además hay una colección de lienzos entregados en depósito a la diócesis.
En total las obras donadas por este autor ascienden a 30 piezas, más las que se encuentran en depósito. José Ramón opina que se valora poco por parte de la gente el trabajo de los artistas modernos y su aportación al patrimonio artístico. Que al final el artista se encuentra agradecido por saber que su obra al menos se encuentra expuesta en lugares visibles y no almacenada en depósitos.


De impactante es la obra de la madrileña Teresa Peña, una piadosa mujer que vivió y trabajó sus últimos años en su casa-estudio de Entrambasaguas en el Valle de Mena y cuya obra fue donada por su hermano tras el fallecimiento de la pintora en el año 2002. Sus cuadros donados a la diócesis de Santander se encuentran repartidos entre la Catedral y el Seminario de Corbán. Otras obras de esta pintora se encuentran en la catedral de Toledo y en la de San Sebastián; así como en la diócesis de Huelva donde es titular el anterior obispo de Santander, monseñor José Vilaplana, gran admirador de la obra de esta mujer.

Non Solum Sed Etiam …
Por lo general las obras más admiradas del patrimonio religioso proceden de tiempos pasados e identificados por sus estilos románico, gótico, renacentista, barroco, neoclásico, … y la incorporación de nuevas adquisiciones pasan desapercibidas como esperando el paso de los siglos para su reconocimiento. Y no deja de ser un poco injusto, porque, sin desmerecer ni una sola pincelada ni golpe de buril del legado que nos ha llegado y que hemos conservado (a pesar del esfuerzo de muchos en destruirlo, también a lo largo de los siglos) creo que no es menos meritorio el trabajo de artistas contemporáneos, que cuentan con sus mecenas, con sus admiradores y detractores, que han dejado sus ojos y sus manos casi de igual manera que lo hicieron sus grandes y venerados predecesores. A buen seguro que los artistas de hoy no habrán puesto menos pasión, esfuerzo, sudor y fe de la que pusieron antaño otros en sus creaciones. Y si hacemos una actualización pecuniaria no me extrañaría que al cambio los de hoy no saliesen perdiendo de igual manera que otrora en el pago de sus emolumentos, por aquello de que el arte “no tiene precio”.

Vaya por tanto desde estas líneas mi reconocimiento al artista de “hoy” (en un margen generoso de siglo XX y comienzos del XXI) y se vean representados en los artistas citados todos aquellos que se sientan identificados. Y si alguien comparte estas razones y en sus manos tiene la posibilidad… piense que los reconocimientos en vida, que después al reconocido no le sirven “pa ná”.

Txenti7 de abril de 2011
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