Los dioses invisibles que nos dominan

Siguiendo el lucido pensamiento de Hinkelammert  podemos decir que existen dioses terrestres  como el mercado, el dinero y el capital. Frente a estos dioses no puede existir el ateísmo. Los dioses terrestres están. Sin embargo ellos no tienen ninguna existencia ontológica o metafísica. Son invisibles como todas las instituciones lo son.

Son invisibles pero se han impuesto en nuestras relaciones sociales .Las sociedades actuales se organizan por el vínculo que crea la producción de mercaderías. Sin embargo, las relaciones en las comunidades tienen como vínculos la consanguinidad, la amistad y la tierra como identidad.

Libre mercado

Los dioses terrestres son invisibles, como todo el mundo invisible en el cual vivimos. Pero, no son fantasmas en los cuales  se cree y dejan de existir cuando la persona deja de creer en ellos, porque son ellos quienes cuentan con la capacidad de dar o negar las libertades, los derechos humanos y hasta la vida.

Por esta razón este hecho es un problema de las consciencias que deben ser despertadas ara observar estos dioses invisibles que nos dominan y que se pueden inferir de la criminalidad, corrupción, desvergüenza que existen en las clases dirigentes y en parte del pueblo como estado de descomposición social, porque esos dioses no aceptan que el ser humano es el ser supremo para el ser humano y por eso no aceptan cortar con todas las relaciones en que el ser humano sea humillado, sojuzgado, abandonado y despreciado. (Hinkelammert “El ser bumano como ser supremo para el ser humano. Más allá de la religión neoliberal del mercado”)

El apóstol Pablo dice lo mismo cuando escribe en 1Cor 3:16 “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?”. Si el ser humano es templo de Dios es el ser supremo para el ser humano.

Como el ser humano tiene dos egos: uno espiritual, relacionado con Dios que le otorga su identidad real y otro que denomino reptilico, porque deriva de nuestra evolución biológica, siempre existe la ambigüedad de cual domina porque sus efectos son contrarios. Así lo humano se puede transformar en antihumano y la espiritualidad en anti-espiritualidad, la espiritualidad del poder y del dinero.

El ego reptilico es gobernado por los instintos, y los instintos no pueden ser saciados ni controlados. Por eso San Pablo escribe: “Los que son según la carne, sientes las cosas carnales; los que según el espíritu, sienten las cosas espirituales. Porque el apetito de la carne es muerte, pero el apetito del espíritu es vida y paz. Por lo cual el apetito de la carne es enemistad con Dios y no se sujeta ni puede sujetarse a la Ley de Dios” (Rm. 5-7)

En la anti-espiritualidad, como bien escribe G. Bartón (G. Barón “Teología profana y pensamiento crítico. Conversaciones con Franz Hinhelammert” Polis 2013, 12, 579-583) todo está invertido, lo humano es la propiedad absoluta y por ende los derechos humanos son los de la propiedad, la democracia es el libre mercado y los pueblos que viven en democracia son los que dieron libertad absoluta al capital monopolista y al capital financiero.

Lo interesante es observar el pensamiento de Hinkelammert sobre las utopías. Cuando la utopía se transforma en un criterio absoluto por encima de la vida humana es porque han perdido su verdadera naturaleza. Así el comunismo perfecto de los marxistas, como actualmente el mercado libre de los neoliberales y en algunos casos el Reino de Dios de los cristianos.

Sin embargo, no es un pensamiento anti utópico, ya que lo que mueve la historia no es lo posible sino lo imposible La profunda anti-utopía de la derecha desea que las utopías sean borradas de la faz de la tierra. El ejemplo mas claro es el Reich de los mil años con el cual soñó Hitler y el nacionalsocialismo. El nazismo persiguió a los judíos porque ellos eran el primer pueblo propiamente utópico en sus formulaciones mesiánicas y del reino de los cielos.

Lo fundamentalmente implícito en la concepción de utopía es el sujeto. El valor de las utopías es adecuarse al sujeto. La utopía es el escenario para la realización plena del sujeto, pero si este ideal tiende a ser real puede convertirse en una cárcel para el ser humano. Porque el sujeto se construye por el imperativo del amor al prójimo.

Hinkelammert indica que no podemos seguir con la interpretación equivoca del amor al prójimo por interpretaciones erradas de los Testamentos, la sentencia correcta sería: “ama a tu prójimo, tú eres él” para ello se apoya en las traducciones del antiguo testamento de Buber, Rosenzweig y Lévinas. No es un amor puramente declarativo, abstracto, sino YO SOY SI TÚ ERES.

Por esto el hombre no es para el mercado, el dólar o el capital, sino que el mercado, el dólar y el capital son para el hombre. Jesús lo específico claramente en su conocida frase “el hombre no es para el sábado sino el sábado para el hombre”.

Esta también claro en el apóstol Pablo que antepone el sujeto a la ley. La ley es para el hombre y no el hombre para la ley. Pablo distingue la sabiduría del mundo y la sabiduría de Dios. La del mundo corresponde al encarcelamiento de la verdad en la injusticia. La de Dios es la liberación de esa verdad de la injusticia. La verdad es una forma de vivir a partir de una sabiduría. Ambas posiciones tienen su propia verdad.

Pablo utiliza el criterio que rige la acción humana: la ley. Es la legalidad del Imperio Romano. Así, Pablo muestra que buscando la justicia al cumplir la ley se produce la injusticia. Y esta es la maldición que pesa sobre la ley. Aun así, Pablo reconoce que la ley es necesaria para la socialización humana

El núcleo de la ley está en los últimos 5 mandamientos.  Del sexto al noveno pueden ser formalizados y pueden, por eso, ser expresados por una ética formal, y por lo menos 3 de estos son el núcleo de los códigos civiles. El décimo: no codiciaras, no puede ser expresado formalmente. La codicia es el mandamiento más importante y es el elemento central que busca la sabiduría del mundo.

La codicia no tiene límites, tiende al infinito. Pablo la interpreta desde el goce. La maximización del goce que destruye el mismo goce y lo invierte. Así invierte la propia ley. Por eso la codicia no viola las leyes en la sabiduría del mundo. Eso es claro en las parábolas de Jesús.  El pecado opera en nombre del cumplimiento de la ley de la sabiduría del mundo y no a partir de las violaciones de la ley.

Actualmente la opresión resulta de cumplir la ley del mercado; oferta y demanda en un mercado absolutamente libre, donde el poderoso oprime al débil. Marx busca la solución en la abolición de la ley. Pablo busca la solución en redireccionar la ley, en llevarla a establecer otro orden. Su guía debe ser el amor al prójimo como sentido de orientación humana.

Pablo denuncia a los crucificadores, que son los jefes de este mundo, lo que implica que actúan en nombre de la ley. Por eso dice que aprisionan la verdad en la injusticia. Son ideólogos cegados por su ideología.

Según Hinkelammert la busca de eliminar la ley ha llevado al fracaso del socialismo histórico y a la desorientación de muchos movimientos que buscan un mundo alternativo

La conversión y el cambio significan abandonar la sabiduría del mundo y seguir la sabiduría de Dios: “El hombre es el templo de Dios porque en él habita el Espíritu de Dios”.

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