Sepultada, incinerada Adiós, Emanuela

Emanuela Orlandi
Emanuela Orlandi

"La periodista italiana María Giovanna Maglie, que acaba de fallecer, en su libro Addio, Emanuela, publicado en septiembre de 2022, llega a esta conclusión: 'Emanuela primero fue sepultada, después incinerada'"

"Tras la atenta lectura de su libro, surgen algunas preguntas: ¿Por qué la autora da validez a las 197 páginas de anexos al documento de cinco folios sobre gastos del Vaticano con Emanuela?, ¿dónde están esos anexos?, ¿cómo llega a la conclusión de que la chica primero fue sepultada y, después, incinerada?, ¿tiene alguna fuente especial?, ¿quién la inspira?"

"Según la autora, resulta 'perturbadora' la frase que el papa Francisco dirige a Pietro y a su madre cinco días después de ser elegido: 'Emanuela está en el cielo'"

"Si el papa no hubiera estado absolutamente seguro de lo que decía, ¿habría pronunciado esa frase?", se pregunta

La periodista italiana María Giovanna Maglie en su libro Addio, Emanuela, publicado en septiembre de 2022, afirma que “la verdad está mucho más cerca de lo que creemos”, está contenida en las 197 páginas de anexos al documento de cinco folios sobre presuntos gastos del Vaticano con Emanuela donde se dice: “Tramitación prácticas finales”. La autora llega a esta conclusión: “Emanuela primero fue sepultada, después incinerada”.

La periodista acaba de fallecer “por una complicación venosa”. Había sido operada hace unos meses por aneurisma en la aorta. Tenía 70 años. La noticia la da su amiga Francesca Chaouqui, que fue miembro de la COSEA, Comisión sobre la Organización de la Estructura Económico-Administrativa del Vaticano: “Estaba a su lado en el momento del deceso. Ha luchado hasta el final como siempre. Ahora está en paz” (23-5-2023).

Libro
Libro

Tras la atenta lectura de su libro, surgen algunas preguntas: ¿Por qué la autora da validez a las 197 páginas de anexos al documento de cinco folios sobre gastos del Vaticano con Emanuela?, ¿dónde están esos anexos?, ¿cómo llega a la conclusión de que la chica primero fue sepultada y, después, incinerada?, ¿tiene alguna fuente especial?, ¿quién la inspira?

Importantes novedades

La autora parte de las “importantes novedades” que Pietro Orlandi quiere comunicar al papa Francisco referidas a “un intercambio de mensajes entre dos prelados (sic) sobre su hermana Emanuela. Tales mensajes estarían vinculados también a la pista del Cementerio Teutónico, donde en 2019 fueron buscados los restos de la chica. Pietro está convencido de que el pontífice sabe más de lo que ha revelado hasta ahora” (Maglie, 92).

Conviene advertir que no son dos prelados. Son dos personas cercanas al papa, que (en el presente artículo) son fáciles de identificar. En esos mensajes se habla de documentos sobre Emanuela que hay que fotocopiar y de “tombaroli” (saqueadores de tumbas) a los que hay que pagar en secreto. Se habla de que el cardenal Abril y el papa Francisco están de acuerdo.

La frase de Francisco

Según la autora, resulta “perturbadora” la frase que el papa Francisco dirige a Pietro y a su madre cinco días después de ser elegido: “Emanuela está en el cielo” les dijo estrechándoles la mano al fin de la celebración que hubo en la iglesia de Santa Ana, dentro del Vaticano, “pocas palabras que crearon estupor y desorientación en los dos”, “durante muchos años el mismo Pietro y los demás familiares habían pedido al menos un gesto de compasión y de diálogo por parte de los anteriores pontífices. El papa Francisco, con este breve pero intenso contacto, se mostró más abierto que los predecesores; pero, como hemos ampliamente relatado, la familia Orlandi no tuvo otras ocasiones de diálogo con él, a pesar de requerirlas” (Maglie, 153).

Comenta la autora: Si el papa no hubiera estado absolutamente seguro de lo que decía, ¿habría pronunciado esa frase? “El papa hablaba con conocimiento de causa, revelando una verdad que había permanecido durante mucho tiempo sepultada. Hablaba en primer lugar: no conocemos sus fuentes, evidentemente, secretas, aunque podemos suponer su origen” (Maglie, 186).

La tumba del ángel

Según la autora, “el cuerpo de Emanuela ha estado seguramente en el Vaticano en el Cementerio Teutónico, en la tumba del ángel (en la foto). Pero no quedan trazas. En los famosos documentos figura, en dos momentos diversos, una voz que se llama ‘tramitación prácticas finales’. De hecho, Emanuela fue primero sepultada, después incinerada”, “de la tumba del ángel en el Cementerio Teutónico, fue trasladado el cuerpo de Emanuela”, “el cuerpo ha sido hecho desaparecer para siempre, incinerado, para eliminar todo rastro, incluso el más banal, de la muerte de Emanuela. Quien ha realizado estas operaciones macabras, y quien las ha ordenado, está muerto. Quien ha entrado en contacto con documentos que atestiguan la verdad, en vez de hacerlos conocer, los ha utilizado como salvoconducto para sus propias fechorías. Pero los documentos existen y se sabe el lugar donde están depositados”, “quien los ha visto antes de que fueran sustraídos está seguro de que dicen la verdad” (Maglie, 185-186).

Gastos del Vaticano. Los cinco folios y sus anexos sobre gastos del Vaticano con Emanuela (ver foto adjunta) estaban en el despacho de Lucio Ángel Vallejo Balda, secretario de la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede y, también, secretario de la COSEA. Los publicó el periodista Emiliano Fittipaldi en su libro Gli impostori (2017).

Comenta María Giovanna: “Cinco folios en los cuales se hace referencia a 197 anexos, que no se han hecho públicos pero que alguno -al parecer- ha encontrado y consultado. Páginas y páginas más o menos interesantes, entre las cuales Balda ha rastreado seguramente un documento candente: el recibo del marmolista que se ocupó de la sepultura de Emanuela Orlandi en el Cementerio Teutónico, y probablemente también de las pompas fúnebres que se encargaron de la incineración de los restos de la joven. Dos recibos, por tanto, de naturaleza bastante diversa y de momentos diferentes, pero que recaen bajo una única voz: ‘tramitación prácticas finales’, una lúgubre alusión al fin de Emanuela. Siempre bajo esa voz, es posible que hubiera también otro recibo, el que atestigua la vuelta a Italia del cuerpo de la joven, bajo falsa identidad. Todo habría sucedido antes del año 2000, pues los precios enumerados en el documento de gastos, así como presumiblemente también los recibos, están en liras”.

Tumba del ángel
Tumba del ángel

¿Dónde están ahora los documentos?

Afirma la autora: “Balda guarda celosamente el contenido de la caja fuerte vaticana, probablemente en una caja de seguridad en la Ciudad Financiera del Grupo Santander en Madrid. Mientras era miembro de la COSEA, de hecho, hizo un viaje a Madrid, como se supo en el curso del proceso Vatileaks. Con ocasión del viaje, Balda puso en seguro los documentos”.

Según la autora, si Balda hubiera estado animado por un sincero deseo de verdad y transparencia, objetivos del papa Francisco, una vez en posesión de esos documentos comprometedores, habría debido entregarlos al jefe de la Gendarmería, Domenico Giani, y no actuar en la sombra buscando su propio interés”, “Balda actuó movido exclusivamente por intereses personales y, de este modo, impidió que la justicia siguiera su curso y que la familia Orlandi encontrara justicia y paz” (Maglie, 189-190).

Seguro de vida. En realidad, esos documentos son su “seguro de vida”. Los tiene en un cofre. Lo dice Francesca en su libro Nel nome di Pietro (2017): “su cofre lleno de dossier que ciertamente no ha entregado a los periodistas”, “lo llama su seguro de vida”, “yo sé lo que tiene dentro. De algunos de esos documentos tengo una copia”. Al parecer, Balda ha intentado proteger su vida como hizo Ettore Gotti Tedeschi, cuando fue cesado de forma fulminante como presidente del Banco Vaticano: entregó “un par de carpetas repletas de papeles” a dos amigos. Les dijo: “Si me asesinan, aquí dentro está la razón de mi muerte” (El Mundo, 8-6-2012).

Comenta Francesca: “La primera verdadera discusión entre nosotros fue a causa de dos agentes españoles”. Durante días, los presenta en el Vaticano como encargados de una consulta sobre la situación de inmuebles propiedad de APSA (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica), pero “lo llevan escrito en la cara. Son agentes del servicio secreto español” (Chaouqui, 241-242 y 80).

Documento
Documento

El cambio de Balda

24 de febrero de 2014. Balda se lleva una decepción. No es nombrado secretario general del Consejo de Economía, como se esperaba: “Ahora comprendo por qué está tan agitado”, dice Francesca. Es nombrado Alfred Xuereb, secretario del papa Francisco.

30 de marzo de 2014

Robo en la caja fuerte de la Prefectura de Asuntos Económicos, en el despacho de Balda: “¿Los has hecho robar?”, pregunta Francesca a Balda. Al final, los documentos aparecen, enviados por mano desconocida. Afirma Francesca: “Está el dossier de Emanuela Orlandi y comprendo el final de una historia que debe permanecer sepultada” (Chaouqui, 132-133 y 146-147).

Informe de seguridad

Balda encargó a los servicios secretos españoles un informe sobre la seguridad en el Vaticano. Dice Maria Giovanna: “En el informe, los servicios secretos españoles escribían explícitamente que los restos de Emanuela habían sido incinerados. ¿Cómo podían estar al tanto? Muy probablemente porque el monseñor les había mostrado el contenido de la caja fuerte, los famosos 197 anexos entre los cuales el propio Balda había encontrado los recibos del sepelio y de la incineración del cuerpo de la chica. Tengo ese documento de los servicios españoles” (ver foto adjunta). De la “nota integrativa” se deduce que en un primer momento Balda no había comprendido el alcance real de los documentos que tenía entre manos: “un secreto guardado durante más de treinta años, que podía dañar a la Santa Sede pero también ser un peligro para él mismo”, “una patata caliente o un seguro de vida”, “Balda eligió la segunda hipótesis”.

Informe
Informe

Entre otras cosas, dice el informe: “Un potencial peligro reputacional supone lo referido a Emanuela Orlandi”, “el peligro es de doble naturaleza”, “la posesión de información referida al caso que podría ser instrumentalizada y utilizada como arma de chantaje donde se quiera mantener ocultas, como se supone sea de interés, las circunstancias sobre la ocurrida incineración de la chica”, “la custodia de lo que posee representa un potencial riesgo para el posesor” (Maglie, 190-191 y 203).

Como es sabido, la Justicia del Vaticano condenó a Balda y a Francesca por fuga de documentos reservados (7-7-2016). En el proceso, dice Francesca, “de los cuatro verbales que he completado, dos terminaron en el fascículo del debate, pero otros dos permanecieron secretos: los que contienen el dossier que habíamos entregado al cardenal Abril y que revelan el contenido de las carpetas robadas en la caja fuerte de la Prefectura” (Chaouqui, 249).

Resulta significativo

Francesca Chaouqui, “vinculada por una amistad profunda a la periodista”, “ha seguido todos los instantes de su enfermedad” (Quotidiano, 23-5-2023). Incluso, como ella misma dice, “estaba a su lado en el momento del deceso”. Francesca, por haber sido miembro de la COSEA, está “bajo secreto pontificio” (Chaouqui, 244-245) y no puede hablar, pero el libro Addio Emanuela debe entenderse desde la clave de una profunda amistad.

¡Gracias, María Giovanna!

Chaouqui
Chaouqui

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