"Escritor, periodista y excelente comunicador, portador de ideas evangélicas de verdad" Antonio Álvarez-Solís, "un comunista cristiano"

Antonio Álvarez-Solís
Antonio Álvarez-Solís

"Con el soberano titular de 'Un rebelde con causa', actualizó en RD. Jesús Martínez Gordo recientemente el recuerdo de Antonio Álvarez-Solís, “escritor, periodista y excelente comunicador”, destacando además y preclaramente su condición de 'Comunista cristiano' o 'cristiano comunista'"

"Y es que aquellos, fueron tiempos arduos y difíciles. Expuestos a todo, o a casi todo"

"Coincidí con Antonio Álvarez-Solís en actividades diversas, y una de las más 'sonadas' y noticiosas fue la relacionada con la 'indisolubilidad matrimonial'"

"Antonio prologó mi libro 'DIVORCIO, RECTA FINAL'. A continuación, y en agradecido recuerdo amistoso a “un rebelde con causa” –“comunista cristiano”-, me limito a transcribir su prólogo, portador de ideas evangélicas de verdad"

Con el soberano titular de “Un rebelde con causa”, actualizó en RD. Jesús Martínez Gordo recientemente el recuerdo de Antonio Álvarez-Solís, “escritor, periodista y excelente comunicador”, destacando además y preclaramente su condición de “Comunista cristiano” o “cristiano comunista”.

Subrayo con gozo cuanto refiere la nota-comentario, con ocasión del homenaje dedicado a uno de los más activos y valientes protagonistas del “cambio” del Nacional Catolicismo a la apertura semi discreta democrática de entonces.

Y es que aquellos, fueron tiempos arduos y difíciles. Expuestos a todo, o a casi todo. Sin ley o con ella. Tiempos recios. Muy recios. E inclementes. Es de lamentar que su historia permanezca prácticamente inédita, por la simple y contundente razón de que todavía no pasaron del todo, permaneciendo incólumes y activos tanto en el fondo como en la forma. Y es que toda una generación, con su culto y cultura, inoculada “en el nombre de Dios”, y al servicio de los privilegiados de siempre,-en esta vida y con inexcusable proyección para la “otra”- su proceso de cambio -transformación, conversión penitencial al Evangelio- resultaría algo milagroso.

Coincidí con Antonio Álvarez-Solís en actividades diversas, y una de las más “sonadas” y noticiosas fue la relacionada con la “indisolubilidad matrimonial”, sacramentalizada por la Iglesia, con toda exclusión de la posibilidad del divorcio, mientras que en los Tribunales Eclesiásticos, y en la Sagrada Rota Romana se permitían e indulgenciaban las tropelías de las “nulidades-anulaciones”, a favor de los ricos.

Antonio prologó mi libro "DIVORCIO, RECTA FINAL", publicado el año 1977 (la ley de divorcio no se promulgaría hasta el 7 de julio de 1981). Prologuista y autor, desde la plataforma de su “Interviú”, fuimos objetos y destinatarios de algunos plácemes, honores, aplausos, aunque de muchas más amenazas y anatemas.

"Prologuista y autor, desde la plataforma de su 'Interviú', fuimos objetos y destinatarios de algunos plácemes, honores, aplausos, aunque de muchas más amenazas y anatemas"

A continuación, y en agradecido recuerdo amistoso a “un rebelde con causa” –“comunista cristiano”-, me limito a transcribir su prólogo, portador de ideas evangélicas de verdad, dejando de lado las sentencias innobles de los Tribunales Eclesiásticos, que por aquellos “entonces”, se iniciaban de esta retórica y católica manera:
“ En el nombre de Dios, Amén. Gobernando la Iglesia SS. el Papa, en el año décimo cuarto de su Pontificado Pablo VI, siendo Arzobispo de Madrid-Alcalá el Excmo. Sr. Cardenal Doctor don Vicente Enrique y Tarancón y reinando en España S.M.D. Carlos I”.

Divorcio
Divorcio

NOTAS PARA UNA MEDITACIÓN SOBRE EL DIVORCIO

(Transcripción de una parte del prólogo de Álvarez Solís)

Pero ¿cómo ir más allá del divorcio burgués, de este recurso quirúrgico plagado de males y renuncias? 

Ir más allá equivale obviamente a plantear una nueva forma de unión de la pareja. La clave de nuestro futuro está ahí. El hombre nuevo, de superior madurez y de racionalidad más alta ha de gestarse en el seno básico de un nuevo concepto de la pareja que ha de alumbrarlo. Una pareja que no tenga temor de sí misma, que emplee una cotidiana libertad en sostenerse y que no se mantenga vigente merced al empleo de claves arcanas, de delicuescentes principios ideológicos y morales y con un ideario plagado de sacrificios ante terceros, aunque esos terceros sean los hijos. 

El divorcio constituye solamente un grito de libertad uno más, aunque muy importante en el marco del sistema social represivo que ha puesto en pie la cultura hoy agonizante. Pero el divorcio es, no le demos vueltas y de ahí su calidad de alarido doloroso, un afluente de la gran institución matrimonial; un afluente corrector y paradójicamente alimentador, a la vez, de esa institución. 

Por eso, el futuro no está en concebir, sin más, nuevas formulaciones para el divorcio que de todas formas sean bienvenidas por su valor de salvavidas en muchos casos- sino en replantear el problema desde la base. Y la base la constituye el carácter y modo de la unión de la pareja. Por ahí vendrá un día la liberación. 

Sobre ello podría un día escribir un ensayo Antonio Aradillas a fin de abrir un amplio debate sobre la pareja libre, sus relaciones internas y su papel en el mundo. 

Viñeta de Martin Morales
Viñeta de Martin Morales

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