"Los niños marroquíes en Ceuta son objeto de mercadeo de intereses entre estados" "Herodes mandó matar, Marlaska ordena expulsar. Pareciera que la historia se repite"

Niños de Ceuta
Niños de Ceuta

Un país soberano -Marruecos- engaña al gobierno amigo y vecino -España-. Este, en su honor herido, la emprende contra los más pequeños y vulnerables de aquella odisea sucedida el pasado mes de mayo

Son, como el Herodes fantástico, los niños y niñas tutelados -según prescribe la ley española- a quienes se utilizan expulsándoles para devolver aquella afrenta

Pequeños a quienes, cuando saltaron y por miedo se quedaban en las calles de Ceuta, les animábamos a entrar en los centros de acogida, dejarse tutelar por la Administración de turno e intentar, con tesón y paciencia, aprovechar las oportunidades que en el futuro les pudiera garantizar cumplir su sueño de dignidad y cuidado a los suyos

Malditos aquellos consejos de “adultos” que les dimos y hoy, en esos lugares de supuesta acogida, sus sueños se ven truncados por una actuación política, además de ilegal en las expulsiones, cuyos fines no han sido -en absoluto- mirar por sus intereses y derechos, cuanto devolver aquel agravio que el país amigo vecino ejecutó abriendo las puertas de sus fronteras de par en par

Ultima hora: la Justicia frena la devolución a Marruecos de nueve menores desde Ceuta

“Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores…”(Mateo 2, 16)

Nuevamente aquel fantástico episodio volvemos a vivirlo en las carnes de niños y niñas empobrecidos en Ceuta.

Un país soberano -Marruecos- engaña al gobierno amigo y vecino -España-. Este, en su honor herido, la emprende contra los más pequeños y vulnerables de aquella odisea sucedida el pasado mes de mayo. Son, como el Herodes fantástico, los niños y niñas tutelados -según prescribe la ley española- a quienes se utilizan expulsándoles para devolver aquella afrenta.

Herodes mandó matar, Marlaska ordena expulsar. Pareciera que la historia se repite.

equeños que asumen, en sus vidas en construcción, responsabilidades de mayores y a quienes tratamos, mal tratamos, como adultos en sus obligaciones y tutelables en sus derechos

Pequeños con quienes contactamos y nos explicaron las razones de su salto a Ceuta, cuyos relatos muestran la necesidad de buscar un futuro más esperanzador para ellos y los suyos.  Pequeños que asumen, en sus vidas en construcción, responsabilidades de mayores y a quienes tratamos, mal tratamos, como adultos en sus obligaciones y tutelables en sus derechos. Siempre los más pequeños en la afrenta de las políticas que diseñamos los mayores al margen de ellos mismos.

Menores en Ceuta
Menores en Ceuta

Contemplamos la devastadora tragedia ocasionada por el terremoto de Haití y, enfocando a los más pequeños, se consigue la conmiseración con aquellas gentes. Vivimos con desolación la tragedia contenida, y que ha explotado, en Afganistán y nos sentimos indignados con las previsiones de trato a la mujer y los pocos focos que quedan, nos muestran a niñas y adolescentes enfundadas en trajes que “imperativamente” ocultan cualquier parte significativa del cuerpo femenino.  

Las imágenes de los niños y niñas, utilizadas a distancia para crear conciencia y convocarnos a mejorar la sociedad. Elementos atractivos que convocan y provocan… Pero en la cercanía -cuando lo próximo nos llama a convertirnos en prójimos- los niños y niñas marroquíes acogidos en Ceuta son objeto de rechazo, utilización partidista y mercadeo de intereses entre estados. Todo por los pequeños, pero sin ellos. La historia se repite.

Pequeños a quienes, cuando saltaron y por miedo se quedaban en las calles de Ceuta, les animábamos a entrar en los centros de acogida, dejarse tutelar por la Administración de turno e intentar, con tesón y paciencia, aprovechar las oportunidades que en el futuro les pudiera garantizar cumplir su sueño de dignidad y cuidado a los suyos. Sin embargo nos cuentan cómo -sin aviso previo- les comunican la expulsión y les retiran sus pertenencias para imposibilitarles comunicar con sus amigos y abogadas. Malditos aquellos consejos de “adultos” que les dimos y hoy, en esos lugares de supuesta acogida, sus sueños se ven truncados por una actuación política, además de ilegal en las expulsiones, cuyos fines no han sido -en absoluto- mirar por sus intereses y derechos, cuanto devolver aquel agravio que el país amigo vecino ejecutó abriendo las puertas de sus fronteras de par en par.

Luna y los abrazos perdidos en el Tarajal
Luna y los abrazos perdidos en el Tarajal

Una vez más la Justicia y el Derecho llegan tarde. Un ministro mentiroso y sin escrúpulos vuelve a provocar aquellos llantos en Ramá:

no quiere que la consuelen,

porque ya no existen…

Volver arriba