Un consejo para un nuevo obispo en África Jacques Gaillot: "No soportes la injusticia"

Grafiti con la palabra 'Jesús'
Grafiti con la palabra 'Jesús' Unsplash

Un africano de unos cuarenta años que no conozco, corre detrás de mí y me atrapa antes de salir a la calle. "Me gustaría hablar contigo durante dos minutos"

El amigo africano toma inmediatamente la palabra: “Acabo de ser nombrado obispo de una diócesis del Congo. Me gustaría un consejo tuyo"

Como todos los años, al comienzo de la Cuaresma, me gusta escuchar estas fuertes palabras del profeta Isaías: "¿No es este el ayuno que yo escogí: deshacer las cadenas injustas, quitar las ataduras de los yugos, para poner en libertad a los oprimidos y romper todo yugo? ¿No consiste en compartir el pan con el hambriento, en introducir en la casa a los pobres, a los sin techo, en vestir a alguien que ves desnudo, sin descuidar a tus parientes? ¡Entonces tu luz se levantará como el alba!" (Is 58, 6-8a).

Como mi comida en el refectorio. Sin esperar el postre, salí apurado porque tenía una cita en París. Un africano de unos cuarenta años que no conozco, corre detrás de mí y me atrapa antes de salir a la calle. "Me gustaría hablar contigo durante dos minutos". No puedo escapar del que seguramente tiene un secreto. Vuelvo y nos sentamos los dos en el pasillo.

“Acabo de ser nombrado obispo de una diócesis del Congo. Me gustaría un consejo tuyo"

El amigo africano toma inmediatamente la palabra: “Acabo de ser nombrado obispo de una diócesis del Congo. Me gustaría un consejo tuyo".

"Serás una bendición para tu pueblo"

Observo a quien se ha acercado a mí y de inmediato, sin tomarme el tiempo para pensar o hacer una pregunta, le respondo: "No soportes la injusticia. Si no puedes soportar la injusticia y combatirla, tu luz brillará como el alba, como dice el profeta Isaías. Y serás una bendición para tu pueblo".

El amigo africano cuyo nombre desconozco o el de su futura diócesis, no me quita los ojos de encima. Él tiene estas simples palabras que concluyen nuestro breve encuentro: “Está bien. Gracias". Ahora le toca a él no retroceder ante situaciones de injusticia.

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