"Ha llegado el momento de dejar de judicializarla" Josep Miquel Bausset: "Los pactos en la vida política son buenos y deseables"

Pacto
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"Sin duda, el pacto en sí mismo, es un avance en nuestra convivencia, es un auténtico motor de progreso", así lo defiende con mucho sentido común, el obispo de Sant Feliu de Llobregat Agustí Cortés, a primeros de año

"Para encontrar una solución al conflicto que vive Cataluña se necesitan pactos, acuerdos y diálogo sincero y constructivo, solicitados también por los obispos Francesc, Joan, Xavier, Joan Enric i Agustí"

"Y además, para favorecer la reconciliación y encontrar una salida a esta situación, como recientemente nos recordaba el P. Bernabé Dalmau, monje de Montserrat"

Ojalá que los políticos, con generosidad y alturas de miras, supiesen llegar a pactos y a acuerdos, para así superar el momento crítico que vive Cataluña

Esta frase podría ser la síntesis de la carta semanal, que el obispo de la diócesis de Sant Feliu de Llobregat escribió en la Hoja Diocesana de esta diócesis, el 5 de enero de 2020.

En pleno debate de investidura, a primeros de este año, el obispo Agustí Cortés (un obispo sencillo y querido por sacerdotes, religiosas y laicos de esta diócesis), hizo una reflexión sobre la importancia y la conveniencia de los acuerdos, como los que ahora son necesarios entre el gobierno de Cataluña y el del estado español.

El obispo Agustí comenzaba su carta afirmando que en nuestro mundo, “lo más normal es que se hagan pactes” y añadía que “entre los humanos gozamos de múltiples pactos (comercio, economía, política, contratos, convivencia, relaciones personales), de manera que si no existiesen, no podríamos subsistir”.

Lejos de posturas catastrofistas, el obispo Agustí, con mucho sentido común, defendía así en su carta semanal, la utilidad y la importancia de los acuerdos: “Sin duda, el pacto en sí mismo, es un avance en nuestra convivencia, es un auténtico motor de progreso”. Y es que, como reconocía el obispo Agustí Cortés, “la política tiene el encargo de gestionar los conflictos en el ámbito del ejercicio del poder social”. Por eso el obispo de Sant Feliu afirmaba que “los pactos en la vida política son buenos y deseables, si la finalidad es realmente buena”. De aquí que el obispo Agustí decía que “en principio, damos por descontado que” los políticos “son sinceros, cuando afirman que no buscan otra cosa sino el bien común”.

El texto de la carta semanal, donde el obispo de Sant Feliu defendía la conveniencia de los acuerdos, continuaba así: “Si los pactos son verdaderamente un bien para la sociedad, bienvenidos sean”. Por eso creía que “siempre será mejor la tranquilidad de un pacto, que la crisis del enfrentamiento continuo”.

La sensata reflexión del obispo de Sant Feliu, muy alejada de las posturas apocalípticas de otros obispos, era una invitación al acuerdo y una apuesta por el diálogo, elementos que ahora harían posible un entendimiento entre los gobiernos de Cataluña y del estado.

Xavier Novell, obispo de Solsona
Xavier Novell, obispo de Solsona

Igualmente, en septiembre de 2017, con motivo de la Diada Nacional de Cataluña, el obispo de Solsona, Xavier Novell, nos recordaba la apuesta del papa Francisco por el diálogo, así como también la nota de los obispos catalanes, que pedían que se promoviese “la cultura del diálogo”. Los obispos catalanes decían en aquella nota, que era “un momento importante para que los gobernantes hiciesen gestos valientes y generosos en favor del diálogo y la concordia”.

También en la nota de octubre de 2017, los abades, abadesas, priores y prioras de los monasterios de Cataluña, pedían que los políticos buscaran “soluciones” y no dejasen “enquistar un problema que, por la fuerza o con posiciones maximalistas solo, se agrava”.

Y aun, el día de San Narciso del año pasado, el obispo de Girona, Francesc Pardo, pedía “la libertad de los dirigentes políticos y líderes sociales condenados con penas de prisión e inhabilitación”, ya que “la misericordia no va contra la justicia sino que la perfecciona, la humaniza y es la máxima expresión de la sabiduría”. Por eso el obispo de Girona pedía “medidas de libertad, necesidad de diálogo y capacidad de perdón”. Esta llamada del obispo Francesc, está en la línea de lo que hace un año largo pedía también un arzobispo, que además es cardenal: “Sería un buen gesto liberar a los presos políticos en Semana Santa” (Religión Digital, 15 de abril de 2019). El cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua decía también: “Es el deseo de todos, ojalá sea una realidad”. I añadía aun: “Es importante que las personas que están privadas de libertad puedan volver a sus casas”.

En la misma línea que el obispo de Girona, el arzobispo Joan Planellas, de Tarragona, expresó su preocupación por el “drama” que viven “unos políticos que intentaron hacer un paso en lo que ellos creían y lo hicieron pacíficamente”, lamentando que “se hayan de encontrar en esta situación”. Y más recientemente, el pasado día 23 de septiembre, con motivo de la fiesta de Santa Tecla, patrona de Tarragona, el arzobispo Planellas pedía a los jueces “voluntad real de concordia” para Cataluña, al mismo tiempo que pedía “desactivar comportamientos de violencia, de odio y de venganza”(Religión Digital, 23 de septiembre de 2020).

Y lo mismo que el arzobispo Planellas dijo también el arzobispo de Urgell, Joan Enric Vives, cuando en noviembre de 2017 lamentaba la prisión de los consejeros del gobierno catalán. Y es que ya en 2011, en el documento “Al servei del nostre poble”, los obispos catalanes pedían que fuesen “escuchadas las legítimas aspiraciones del pueblo catalán”.

El obispo de Girona a favor de la libertad de los líderes independentistas
El obispo de Girona a favor de la libertad de los líderes independentistas

Por eso, para encontrar una solución al conflicto que vive Cataluña se necesitan pactos, acuerdos y diálogo sincero y constructivo, como pedían los obispos Francesc, Joan, Xavier, Joan Enric i Agustí.

Y también, para favorecer la reconciliación y encontrar una salida a esta situación, como recientemente nos recordaba el P. Bernabé Dalmau, monje de Montserrat, (Catalunya Religió, 13 de septiembre de 2020) sería deseable el indulto a los líderes independentistas como un signo de los tiempos que vivimos, un gesto que ayudaría a la reconciliación y a la pacificación.

Ojalá que los políticos, con generosidad y alturas de miras, supiesen llegar a pactos y a acuerdos, para así superar el momento crítico que vive Cataluña y hagan caso de las palabras del papa cuando el domingo 27 de septiembre, hablando del Cáucaso, pedía que los problemas se resuelvan “por medio del diálogo y la negociación” (Religión Digital, 27 de septiembre de 2020).

Por otra parte, que el presidente de Cataluña haya sido inhabilitado por la justicia, no es un buen ejemplo de diálogo, ya que esta medida, (con la excusa de no haber descolgado una pancarta) es del todo desproporcionada. Ha llegado el momento de dejar de judicializar la política y que los votos que hicieron presidente al Sr. Torra no se echen al cubo de la basura, ya que son los diputados quienes eligen el presidente de la Generalitat y no los magistrados del Supremo quienes ponen o quitan cargos electos. Y es por eso que muchos piensan si vale la pena seguir votando, teniendo en cuenta que los magistrados y no los votos, son los que determinan el presidente de la Generalitat. Por eso la decisión del Supremo (con la excusa perfecta de una pancarta) es una perversión de la democracia.

También es curioso que de los diez últimos presidentes de la Generalitat (Macià, Companys, Irla, Tarradellas, Pujol, Maragall, Montilla, Mas, Puigdemont i Torra), ocho de ellos han sufrido prisión o exilio e incluso uno de ellos, Lluís Companys, fue fusilado. Se da la paradoja que en los últimos cuatro años, el presidente Torra es el tercer presidente de la Generalitat fulminado por la justicia, que, irracionalmente, es la que marca el calendario electoral en Cataluña.

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