Toño Casado describe, en primera persona, su encuentro con Francisco Con Nacho Cano y el Papa, al sol de Roma y al son de Malinche

Toño Casado, Nacho Cano y el Papa
Toño Casado, Nacho Cano y el Papa

Hacía ya mucho tiempo que Nacho quería regalar una de las piezas más delicadas y profundas de su impresionante musical “Malinche” al Papa Francisco. “Yo te bautizo en el Amor de los cristianos, in Nomine Patris et Fili, Spiritu sante. Hoy te entrego a Ti, mi Señor, mi corazón

Además de ser un genio creativo indiscutible de la música española y de muchos más países, ha hecho un recorrido espiritual y existencial muy interesante en el que nunca ha rehusado de sus raíces cristianas y su admiración apasionada por Jesucristo y su mensaje

Nacho Cano caminaba ilusionado y contento a través de los recovecos y pasillos del Vaticano. Un viejo amigo de la infancia que vive en ese pequeño estado nos guiaba cariñosamente saludando a los coloridos guardias de la Guardia Suiza que nos dejaban pasar como Moisés atravesando el Mar Rojo.

Hacía ya mucho tiempo que Nacho quería regalar una de las piezas más delicadas y profundas de su impresionante musical “Malinche” al Papa Francisco. “Yo te bautizo en el Amor de los cristianos, in Nomine Patris et Fili, Spiritu sante. Hoy te entrego a Ti, mi Señor, mi corazón”. Y ya está: esta es la letra sencilla, íntima, donde se aúna la tradición y la emoción, la que se da habitualmente en un bautizo cristiano. En escena los frailes realizan el primer bautizo a las indias de México. Y con el sacramento se les deba por un lado la Salvación y por el otro el documento de ciudadanía española, librándoles de la esclavitud. Puede ser un canto muy adecuado para acompañar este momento en nuestras celebraciones dotándolo de sensibilidad, belleza y respeto.

Nacho es un tipo con los ojos llenos de juventud y de experiencia. Además de ser un genio creativo indiscutible de la música española y de muchos más países, ha hecho un recorrido espiritual y existencial muy interesante en el que nunca ha rehusado de sus raíces cristianas y su admiración apasionada por Jesucristo y su mensaje. Muchos años al lado de Teresa de Calcuta, una carrera llena de éxitos y de personajes muy importantes y grandes experiencias de valor y de sufrimiento le han ido cincelando el alma hasta convertirle en el hombre que hoy es. Sus ojos son como los de un niño, su entusiasmo es inagotable. Orgulloso de sus orígenes extremeños y de su bautismo en la Iglesia de la San Juan de la Cruz, en la que curiosamente ensayó parte de su musical, es un artista atípico y generoso que se alegra de los triunfos de los que están con él, aunque tengan que volar por otros derroteros.

Malinche es un musical que mejora con el tiempo como el buen vino. Corregidas ciertos desajustes de guion y potenciados sus aspectos de entretenimiento histórico y emocionante no rehúye el poderoso papel que el Cristianismo tuvo en esta gesta llena de encuentros, sangre y al fin de mestizaje. Porque del encuentro surgen cosas buenas. Es un mensaje estupendo en estos tiempos de frentismos e ideologías agresivas y furibundas

Y así, bajo el sol de Roma, Ainhoa y Andrea, actrices mestizas y talentosas, española y mexicana, le cantaron al Papa que sonreía frente a Nacho que estaba feliz de ese encuentro y de ese regalo tan hermoso e inconmensurable como puede ser una canción.

Una canción que es un regalo para la Iglesia. Porque la música nos acerca a la belleza de Dios y nos hace más buenos y más contemplativos.

Nacho volvía a Madrid con la sonrisa del Papa agradecido y otro nuevo momento para su apasionante vida.

Y yo, un simple curita y artista de salamanca, les contemplaba con sorpresa y admiración preguntándole a Dios porqué caminos tan llamativos me llevaba.

“Hoy te entrego a Ti, mi Señor, mi corazón”. Igual ese es el secreto de la vida, que compartamos más el corazón con Dios y con la gente. Es lo más valioso que tenemos.

Y si es con arte, como Nacho, y con humor y amor, como el papa Francisco, pues mejor.

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