"Templanza, honestidad, paciencia y lealtad", virtudes del ganador de las elecciones catalanas Salvador Illa, la sencillez de un católico austero

Illa y su mujer, con el Papa en el Vaticano
Illa y su mujer, con el Papa en el Vaticano Vatican Media

"Como sucede con los católicos de izquierdas, el catolicismo de Salvador Illa forma parte de su más honda forma de ser, sin aspavientos ni grandilocuencias, sin heroísmos ni renuncias. Tampoco no es un converso de nueva generación como sucede con algunos políticos"

"Durante su etapa de Ministro de Sanidad entabló una relación cercana y fluida con el Arzobispo de Barcelona Juan José Omella, en esa época presidente de la CEE. En Barcelona esa relación ha continuado"

"Católico austero, leal, honesto, paciente y con el temple indispensable que han de saber gestionar los grandes políticos. Es la persona que ahora necesita Catalunya. Que necesita para abrir una nueva etapa de unidad, justicia y progreso"

Ya han pasado las elecciones catalanas anticipadas con la victoria indiscutible del líder del PSC, Salvador Illa. Emergió como líder político durante la pandemia en la que como Ministro de Sanidad ya manifestó algunas de sus virtudes mas propias y que lo han catapultado en Cataluña como un político querido y respetado por una amplía parte de la ciudadanía: templanza, honestidad, paciencia y lealtad.

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Estas son sus características más personales que ya dejó apuntadas cuando, muy joven, se convirtió en Alcalde de la ciudad de La Roca del Vallés. Años después en la Consejería de Justícia y en el Ayuntamiento de Barcelona. Miquel Iceta lo llamó para que dirigiera la organización del PSC dónde desarrolló una ingente tarea de reconstrucción del partido y dónde sentó las bases del actual PSC, el principal partido de la Cataluña actual, muy rejuvenecido y cohesionado, con una fuerte presencia territorial en buena parte del su territorio.

Salvador Illa, en el Vaticano
Salvador Illa, en el Vaticano Efe

Después de la reciente audiencia privada con el Papa Francisco, ha emergido públicamente la dimensión católica de Salvador Illa. Para los del PSC y sus amigos más cercanos no ha sido noticia. Como sucede con los católicos de izquierdas, el catolicismo de Salvador Illa forma parte de su más honda forma de ser, sin aspavientos ni grandilocuencias, sin heroísmos ni renuncias. Tampoco no es un converso de nueva generación como sucede con algunos políticos. Su fe fue transmitida por sus padres, luego en los Escolapios de Granollers y en el movimiento de “esplais” cristianos, con el Padre Rodolg Puigdollers.

Ya durante su etapa como alcalde de La Roca del Vallés entabló amistad con su párroco, el sacerdote “pradosiano” y referente de la Asociación de Sacerdotes del Prado en Catalunya, mossèn Gaietà de Casacuberta. “Mossèn Tano”, como era conocido por sus amigos y feligreses, tuvo una influencia notable en la formación espiritual de Salvador Illa y, en buena medida, fue su referente durante muchos años. Durante su etapa de Ministro de Sanidad entabló una relación cercana y fluida con el Arzobispo de Barcelona Juan José Omella, en esa época presidente de la CEE. En Barcelona esa relación ha continuado.

Como Secretario de Organización del PSC facilitó la creación del “Grup Cristians del PSC” que coordina Jordina Sabaté y que lo forman más de cien personas. Este grupo se constituyó en la misma sede del PSC y, sin tener ninguna pretensión orgánica dentro del Partido, se ha convertido en un grupo de referencia para aquellos cristianos que quieran compartir su fe y su visión del mundo y de la viuda.

Católico austero, leal, honesto, paciente y con el temple indispensable que han de saber gestionar los grandes políticos. Es la persona que ahora necesita Catalunya. Que necesita para abrir una nueva etapa de unidad, justicia y progreso.

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