Kairós Palestina sobre la propuesta de Estados Unidos para la paz en Oriente Medio "El 'Acuerdo del siglo' es un insulto a la historia, a la humanidad, al pueblo palestino y a la dignidad estadounidense"

La Santa Sede vuelve a abogar por "la solución de dos Estados" para Israel y Palestina
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Esta propuesta pretende legitimar la ocupación israelí y revocar la historia del pueblo palestino y sus derechos legítimos e inalienables −en particular el derecho al retorno de la población refugiada y el derecho a la libre determinación−, en un intento de eliminar la cuestión palestina de forma completa y definitiva

"Con esta declaración, Estados Unidos se ha proclamado claramente como una parte en el conflicto en lugar de un agente de paz"

“Dicen ‘Paz, paz’, cuando no hay paz”  (Jeremías: 6:14)

La posición anunciada el 28/1/20 por la administración de Estados Unidos con respecto a lo que llamó “el acuerdo del siglo” fue de hecho un insulto a la historia, a la humanidad, al pueblo palestino y a la propia dignidad estadounidense.

La propuesta estadounidense-israelí se basa en la consolidación del control israelí sobre toda la tierra de Palestina, asegurándose que el pueblo palestino esté sujeto a este control a cambio de promesas económicas que se acercan más a un acuerdo para comprar a la gente y su espíritu con dinero.

Esta propuesta pretende legitimar la ocupación israelí y revocar la historia del pueblo palestino y sus derechos legítimos e inalienables −en particular el derecho al retorno de la población refugiada y el derecho a la libre determinación−, en un intento de eliminar la cuestión palestina de forma completa y definitiva.

El plan de Trump da la espalda a Palestina y será conflictivo
El plan de Trump da la espalda a Palestina y será conflictivo

Jerusalén, núcleo del conflicto, no puede ser declarada por ninguna autoridad humana como la capital de Israel únicamente. Es la capital de Dios y de la humanidad en su conjunto, y es la capital de su población palestina también. No puede haber solución alguna si esa solución no reafirma claramente el derecho del pueblo palestino a la ciudad.

Mediante esta declaración, Estados Unidos se ha proclamado claramente como una parte en el conflicto en lugar de un agente de paz, pues considera que este acuerdo, que no tiene ninguna referencia al Derecho Internacional o a las resoluciones de las Naciones Unidas, es la oferta final al pueblo palestino, haciéndolo plenamente responsable, en caso de que la rechace, de todas las repercusiones que ello conlleve.

Israel y Estados Unidos aún no han escuchado la voz de Dios que les ordena, aquí en Tierra Santa y en el mundo entero: no roben, no maten, para dejar de matar al pueblo palestino y de robarle sus tierras.

Israel y Estados Unidos todavía no han escuchado la voz de Dios, la voz de la conciencia, y no comprenden la verdad que no puede ser sometida: el pueblo palestino está vivo, y ha estado exigiendo sus derechos constantemente durante los últimos cien años hasta la fecha. El pueblo palestino seguirá exigiendo sus derechos hasta que los obtenga. El único camino hacia la paz es el de la plena igualdad entre los dos pueblos. La paz de Israel está determinada por la paz palestina; de hecho, la mera supervivencia de Israel se basa en una paz justa para el pueblo palestino. De lo contrario, Israel, a pesar de todo su poder, vivirá en el miedo y en la incertidumbre de un futuro desconocido. Como ya afirmamos en el documento Kairos “Un momento de Verdad”: “nuestro futuro y el suyo no son más que uno: o un ciclo de violencia en el que todos perezcamos, o una paz en la que todos prosperemos.”

Jerusalén
Jerusalén

En su anuncio del martes 28/1/2020, el Presidente Trump no ofreció nada a favor de esta igualdad, sino que consolidó aún más la hegemonía israelí y el sometimiento del pueblo palestino a ella. Esto significa que el conflicto continuará, el derramamiento de sangre continuará, el odio y el tratamiento inhumano persistirán.

El dinero ofrecido al pueblo palestino no es más que una bofetada de insulto a cada palestino/a y a la humanidad en su conjunto, porque evoca la época de la esclavitud, cuando los seres humanos se intercambiaban, se compraban y se vendían por dinero. Jerusalén no es un bien en venta; el pueblo palestino no está en venta.

Hacer la paz requiere que el Sr. Trump y los dirigentes de Israel respeten su propia humanidad y respeten la humanidad del pueblo palestino, relacionándose con él sobre la base de su humanidad compartida. Es inútil acusar a los palestinos de terrorismo en un intento de silenciar su propia conciencia y encubrir el terrorismo que están practicando contra la población palestina.

Por último, hacer la paz requiere el respeto de la legalidad  internacional y la implementación de las resoluciones internacionales adoptadas en el contexto de este conflicto. Requiere que la comunidad internacional tome una postura firme para hacer cumplir sus decisiones, como fue y es el caso de todos los demás pueblos de la región.

Cáritas Jerusalén, con el pueblo palestino
Cáritas Jerusalén, con el pueblo palestino

Ha llegado el momento de que cualquiera que tenga la causa de la paz en su corazón y el deseo de garantizar la seguridad y la estabilidad en Oriente Medio abra los ojos a la verdad en lugar de dejarse engañar por el poder financiero o militar. La paz la hacen las personas que quieren la paz, que reconocen que la otra parte es un ser humano con igualdad de derechos y con la dignidad que Dios les ha concedido a todas.

Hoy pedimos a las iglesias y a los cristianos y cristianas de todo el mundo que se levanten frente a la injusticia contra el pueblo palestino y que exijan a sus países que rechacen categóricamente el llamado “acuerdo del siglo”, reiterando que ni la paz ni la justicia pueden prevalecer a menos que se aplique la justicia, se ponga fin a la ocupación y se garantice al pueblo palestino sus plenos derechos.

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